En la Concejalía de Urbanismo se blindaron ayer todas las puertas y todas las ventanas para que el informe de los bomberos no viera la luz, pero conocemos su contenido. De ahí que hayamos podido llegar a la trágica conclusión de que la alcaldesa ha actuado una vez más de modo un tanto irresponsable. Porque extender la sombra de la duda sobre las causas de un incendio sin tenerlas todas consigo, sin haber siquiera visto lo que nosotros hemos visto en formato papel y en formato vídeo, sin asesorarse lo más mínimo y sin ordenar un cierre más riguroso de la casa siniestrada para evitar manipulación de pruebas, demuestra a las claras la política del tun-tún que reina en las oficinas municipales. Pero para colmo, conociendo como se conoce el expediente administrativo de ese inmueble, plagado de irregularidades oficiales, es muy sencillo concluir que el incendio les podría venir mejor a los responsables de Urbanismo que a los propietarios. Porque es en las oficinas municipales donde se ha ocultado durante años una licencia de demolición y es en esas mismas oficinas donde se han extraviado importantes documentos que un juez ha pedido para aclarar muchos entuertos.