Vuelve a ser noticia el uso torcido que del Parlamento de Canarias hacen dos de las tres fuerzas parlamentarias que sientan allí sus reales, Coalición Canaria y el PP. Son los campeones mundiales de la perversión política desde que se inventaron aquellas conclusiones de la trama eólica y desde que aprobaron las 5.500 camas de gol por la escuadra a la moratoria. Y si se fijan bien, en ambos casos para salvar el trasero de José Manuel Soria y su hermano Luis, éste trincado por las responsabilidades políticas de la operación Eolo, y el otro, el mayor, comprometido hasta la médula con el empresario noruego Björn Lyng, que en paz descanse. Vuelve la Cámara a echar un capote al presidente del PP canario, pero en esta ocasión tratando de desactivar una iniciativa del PSOE para recusar al vicepresidente del Gobierno por su exceso de trabajo en los tribunales, particularmente en su cruzada mágica contra ciudadanos ajenos a sus trapisondas y/o quejosos de las mismas.