Seguramente erramos el tiro al señalar el nombre equivocado, apoyados en sus declaraciones de 2006 ante el embajador de Estados Unidos y el presidente del Gobierno canario, pero ligado a la institución acertada, para ponerle al frente del conglomerado de intereses detrás de Agando. Aún así, la bomba de racimo deja al descubierto las graves contradicciones que en materia de política energética padecen estas ínsulas, que es lo que realmente importa. Porque Zapatero apuesta por la energía verde (esú) para salir de la crisis, Obama alaba a España y se fija en su ejemplo renovable (menos mal que no conoce el concurso eólico canario), Al Gore es el paradigma de la lucha contra el cambio climático, y Canarias, de la Cámara USA, sólo recibe el caramelo envenenado de tocar las narices al Frente Polisario como base de las explotaciones petrolíferas que hasta hace bien poco aborrecían los dirigentes de CC en la isla. Si es que al final se va a confirmar que Agando es Granadilla 2 hasta en el Registro de la Propiedad. Dicen en Fuerteventura que el caso tiene mucha telar que cortar. Pues venga, todos a afilar las tijeras.