Viene publicando el periódico Canarias7 con llamativa asiduidad y concreta localización de las responsabilidades las derivaciones que en la Caja Insular de Ahorros de Canarias está teniendo el caso Roldós, ya saben, esa chiripitifláutica adjudicación del PP de los servicios de la hemodiálisis pública a una empresa creada para la ocasión. Sostiene el diario (y no vamos a ser nosotros quienes lo refutemos) que La Caja se disponía a meterse hasta el cuello en la operación comprando equipos de hemodiálisis para alquilarlos en su momento a la empresa adjudicataria, Lifeblood, de manera que la entidad pudiera materializar RIC de hace cinco años antes de que termine este 2010. Poco que objetar a la operación de modo teórico si no fuera porque nadie ha conseguido explicar hasta el momento si los estudios de riesgo y de viabilidad se empezaron a hacer antes, durante o después de que Lifeblood obtuviera la concesión; si en el asunto intercedió en algún momento el cuñado del cerebro de la operación, el abogado Javier Artiles Camacho, Mario Romero Mur, que es miembro del consejo de administración de La Caja e íntimo amigo de José Manuel Soria, o si se incluía en el lote la compra y alquiler de locales y un préstamo para mejor proveer.