María Isabel Gutiérrez, la gerente del Área Sur, es una cirujana en funciones ejecutivas que coordinaba los quirófanos dentro del área de Servicios Centrales del complejo Materno-Insular en la etapa en que ocupaba su puesto la actual consejera de Sanidad, Brígida Mendoza. Su ascenso, por lo tanto, fue automático y fue avalado por la mismísima consejera, a la que muchos reprochan tal decisión. Hay una auténtica rebelión larvada contra ella por lo que califican de “continuas desconsideraciones”, “ejercicio mal entendido de la autoridad” y fomento de “camarillas” que convierten en intocables a médicos muy influyentes y en apestados a los que los intocables señalan con el dedo por cualquier causa de capricho o de viejos rencores. Jefes de servicio que no acuden ni siquiera a cumplir su horario sin que se les expediente; jefes de servicio a los que se les expedienta sin motivos ni las menores garantías; ausencia absoluta de diálogo y entendimiento entre el equipo de dirección y los responsables de los servicios constituyen el día a día de la agenda de la gerente del Área Sur, a la que sus propios compañeros de dirección empiezan a aislar ante una más que inminente caída en desgracia que la sitúa con la carta de destitución antes de que acabe el año. Se postula para sucederle el director médico, Juan Carlos Martín, lo que en el argot podría calificarse de empeoramiento dentro de la gravedad, a tenor de lo oído en el complejo hospitalario.