Dice Barrilete Cósmico en su errática pastoral dominical, que Luis del Río no debió investigar el viaje del salmón si, como ha concluido en su escrito, el famoso viaje de José Manuel Soria de agosto de 2003 ya estaba prescrito. Ignora el ilustre jugador de timbas de aficionados, goleador tramposo donde los haya, que la investigación no sólo se refería a ese hecho, por otra parte sobradamente probado, sino al posible cohecho que llevaba aparejado por la aprobación de las camas de Anfi Tauro en el Cabildo y la votación del mismo asunto en el Parlamento en 2007. Y en el caso de Manuel Fernández, ni siquiera había prescripción en su comportamiento de agente doble al servicio del empresario y, supuestamente del interés general, lo que obligaba a ser investigado todo hasta el final. Pretender que el fiscal ha amañado su investigación, o como ha dicho también Canarias7, “se sacó de la manga” su informe sobre la prescripción para incordiar a Soria y al TSJC equivale a acusarlo directamente de prevaricar, lo que son palabras mayores.