No ha caído en saco roto el discurso de investidura del nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, Ángel Luis Tadeo: cada oveja con su pareja, y el que se quiera dedicar a los negocios, que deje la política. Y como dijera Cantinflas, a la viceinversa también. Hemos pulsado, así, como quien no quiere la cosa, cómo respira la clase empresarial, y hay una estrepitosa unanimidad: los que, siendo de los nuestros, confundieron las cosas, deben rectificar convenientemente. Y parece que las primeras acciones de levantamiento de alfombras se van a producir en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, donde se había instalado una especie de relajo que no podía ser. Las actas de los consejos de administración reflejan una muy preocupante connivencia entre negocios propios e interés general. Haciendo muchos esfuerzos sólo hemos apreciado un gesto de José Cristóbal García, que de repente se abstiene en un asunto que compete a una empresa de Germán Suárez, que también es miembro de ese consejo. Lo que nos queda por ver y por oír.