Algun individuo previsor, de esos que abundan en todas las empresas serias del mundo, dedicó los últimos cuatro años de Emalsa a recopilar los papeles manuscritos que fue dejando la ex alcaldesa tras cada consejo de administración. En ellos la ex alcaldesa anotaba datos confidenciales de la compañía, algunos de ellos sensibles, que jamás debieron haber caido en manos de empresas interesadas, por ejemplo, en cualquiera de las inversiones y obras a realizar. Los papeles manuscritos los tiene el nuevo secretario del consejo de administración, José Miguel Bravo de Laguna, abogado especializado en empresas y en el estudio y análisis de delitos societarios. Porque un papel transferido a un correo electrónico por cualquier asesora puede llegar a cualquier parte. Saavedra no quiere oír hablar de querellas.