La impresión que puede transmitirse al mezclar la destitución de Paco Moreno con la de altos cargos de los que quedaban en activo tras la inmolación soriana, es que a él lo puso el PP. No sabemos si es peor, pero el que lo nombró fue Román Rodríguez tras poner fin a aquella gloriosa etapa de Jorge Bethencourt, cuya marcha causó un enorme disgusto en muchos círculos áticos. El PSOE no apoyó el nombramiento de Moreno, como tampoco parece haber tenido nada que decir a su destitución, más que nada porque el presidente ni le consultó, que para eso es un socio cómodo. Dónde va a parar. ATI toma ahora la televisión ya sin recato después de haber conseguido que todas las productoras amigas -tinerfeñas por más señas- colocaran programas en la parrilla, casi siempre a costa de la audiencia, a veces de la calidad, y casi siempre del buen gusto. Felicitamos al tinerfeñismo profundo, que ha conseguido cargarse a la “tele canariona”. Pero hay un “exquisito equilibrio”, que nadie se preocupe. Y Adán pernocta dos noches por semana en Las Palmas. Tranquilos.