Nada más alejado de nuestra intención que encender la mecha de un polvorín en Fuerteventura en contra del director general de Ganadería del Gobierno de Canarias. Alfredo Alberto Hernández, que así se llama el hombre, ya ha triunfado sin haber firmado algo más que la aceptación de su cargo. Es el dueño de una Sociedad Agraria de Transformación (SAT) que fabrica el famoso queso majorero, el Maxorata, mayormente, y tras contar lo que contamos aquí el otro día, ha aflorado un club de fans que le debería llevar a recapacitar. Y la recapacitación no sólo ha de dirigirse a lo oportuno de haber aceptado un cargo para el que es a todas luces incompatible, sino además porque el personal ha aprovechado la ocasión para sacar a relucir lo mejor del sentimiento humano en contra de nuestro Alfredo Alberto.