Pero qué puñetera es la memoria cuando funciona, qué puñeteras las hemerotecas y qué puñeteros algunos lectores que tenemos, que guardan en sus archivos los correos electrónicos que se han cruzado en esa azarosa vida con profesionales de la comunicación de la inmensa talla, XXL, de Ricardo Peytaví. Corría el mes de junio de 2007 cuando el amanuense de cabecera de don Pepito escribió un articulillo de esos suyos criticando la vanidad de Antonio Alarcó, miren ustedes qué cosas. Aquel artículo provocó en un lector, de nombre Benito, cierto rechazo, lo que le llevó a enviarle un correo electrónico a la dirección que el columnista ofrece en su propia columna. Entre otras cosas, el lector, que no se quedó corto, le dijo a Peytaví que acababa de leer “su deposición” de aquel día, al tiempo que acusó al periodista de “falta de ética y profesionalidad”, para terminar tachando al periódico de “hoja parroquial”. La respuesta de Peytaví no le fue a la zaga: “Vaya por ahí, gilipollas envidioso, que se le ve el plumero, y tóquese una paja en tres tiempos a falta de algo mejor. O mejor, dígale al bi-doctor que se la toque él. Atentamente, Ricardo E. Peytaví Machado juntador de letras pero leído”. El bi-doctor, es Antonio Alarcó, por si no lo habían captado.