Canarias, o más en concreto, el régimen que impera en Canarias, sigue dando inconfundibles muestras de no querer ni oír hablar de energías limpias, que equiparan a quimeras por sus costes y sus incompatibilidades con el sistema energético insular. Pamplinas, sostiene Morales y el cada vez mas nutrido equipo de políticos y de técnicos que lo respaldan a la espera de que lo que es natural se convierta en un clamor ciudadano. Porque Canarias, con las condiciones naturales de todos conocidas, se conforma con producir sólo un 4% de su energía a través de fuentes renovables, mientras otras comunidades como Navarra, que aprendieron de las primeras experiencias isleñas, ya alcanzan el 110%. El alcalde de Agüimes, que estuvo este martes arropado por sus homólogos de Ingenio y de Santa Lucía, resaltó el titular con el que abría su edición de ayer el periódico Canarias7: “Tenerife se adelanta en la implantación del gas”, lo que más que un motivo de denuncia por lo que supone insistir en fuentes energéticas fósiles y de existencias limitadas, fue un profundo quejío al que rápidamente hicieron los coros los defensores del culo veo, culo quiero. Y nos volvimos a acordar de ese inmenso pelotazo de Granadilla, donde irá la regasificadora tinerfeña, y de lo importante que sigue siendo que Morales, Silverio y Juan Díaz, los tres alcaldes de la Mancomunidad, insistan en que no quieren la gasificadora, sino un parque eólico marino igualito que los que Endesa y Elecnor construyen en otros puntos del mundo o el que Iberdrola va a hacer en el Reino Unido.