En el tono áspero y desagradable que le caracteriza, la consejera Roldós se adentró por los tortuosos caminos del mitin político ante un auditorio que estaba allí para conocer los trabajos que se están haciendo en todos los ámbitos para luchar contra el cáncer de mama ginecológico y apoyar a las mujeres que lo padecen. Ella no, ella se dedicó a hablar de cómo gracias a su empeño, las niñas canarias no morirán de cáncer de cuello de útero. Pero se limitó a decir que “vamos a estudiar” la posibilidad de que en Canarias, la comunidad española más prevalente en el cáncer de mama, con mujeres menores de 30 años padeciéndolo, se adelante a 45 años el screening o pruebas para detectar esa dolencia. La falta de sensibilidad de la señora Roldós es mayúscula si se tiene en cuenta que, además de su descortesía, su consejería tiene las competencias plenas para adelantar esos exámenes, que pueden ser vitales para muchas mujeres canarias.