La adjudicación a Isolux de la planta incineradora de Salto del Negro no es cosa del Ayuntamiento, ni siquiera del Cabildo. El que conoce al dedillo todos los vericuetos de esa adjudicación es el incombustible Fernando González, mano derecha de José Carlos Mauricio y actualmente presidente de CC en Gran Canaria, además de viceconsejero de Ordenación del Territorio. Fue en su época de consejero de Medio Ambiente cuando se celebró el concurso, de unos 500 millones de euros, más o menos, cuya resolución y flecos finales costaron a González algún disgustillo con su admirado Pepe Carlos. Ahora le toca a Dragados aceptar o rechazar las nuevas instalaciones porque es Dragados quien gestiona la planta, y no parece que el entusiasmo sea el ambiente reinante.