Lo más lamentable de la historia es que el muñidor y sus escribidores conocen el alcance exacto de sus mentiras. Tratan de extender la duda sobre el comportamiento de personas cuya trayectoria profesional y política es perfectamente contrastable, y lo hacen en la creencia de que pueden mentir impunemente porque otros, en circunstancias similares, han tenido que callar y agachar la cabeza. Ángel Luis Sánchez Bolaños, Domingo González Chaparro, José Francisco Henríquez y Francisco Ramos Camejo sólo han cometido el error de no estar del lado de la indecencia en la que se mueve García González como pez en el agua. El primero, manteniéndose hasta el final en sus tesis como presidente de La Caja. Chaparro y Henríquez prestando su apoyo a un periódico que se convierte en un referente cada día más sólido en Canarias; y Ramos Camejo porque ha tenido la desgracia de ser un tipo íntegro que jamás se dejó embelesar por los cantos de sirena del hoy presidente de Canarias 7. García siempre se ha caracterizado por idear campañas de desprestigio de personas que no le son gratas. Ahora ha tocado a estas personas, que parten con la ventaja sobre él de que quien les conoce repudia las injurias de Canarias 7. Pero debemos aclarar las cosas para quien no les conoce.