Santiago Pérez acostumbra a elegir La Punta del Hidalgo para descongestionarse, para comerse un pescado fresco, darse un baño o charlar con uno de sus habituales, Venancio Herrera, el Zurdo. Desde que se marchó airadamente del PSOE tras perder las primarias frente a José Miguel Pérez ve las cosas de otro modo. Sigue siendo socialista, pero no del PSOE, lo que no tiene que significar necesariamente que esté completamente al margen de la vida interna del partido al que perteneció durante más de tres décadas. Y no porque se interese especialmente, sino porque a los que se quedaron dentro parece costarle trabajo apartarlo del todo. Esta pasada noche, con ocasión de la asamblea de militantes de La Laguna, en la que habrían de elegirse los delegados de la ciudad al congreso insular de final de mes, volvió a apreciarse esa ineluctable influencia. Uno de sus más conspicuos adversarios dentro del PSOE, Francisco Hernández Spínola, sufrió una abultada derrota en esa asamblea, y eso a pesar de intentar apoyarse para ganarla en los que en otra época eran santiaguistas o juanfernandistas, los que le obligaron a abandonar temporalmente la primera línea de fuego “por dignidad”. Esta pasada noche, en La Laguna, la intentó mantener a duras penas porque la candidatura que el vicesecretario general del PSC apadrinó, y en la que tuvo incluso que incluir a su esposa para alcanzar el número de mujeres reglamentario, sufrió una dura derrota por 162 votos frente a 49, lo que se traducirá en que al candidato de la oficialidad, el recién designado Manuel Hernández, lo defenderán cinco delegados frente a los dieciséis laguneros que irán en favor de Javier Abreu.