Quien sí habló fue Eduardo Torres-Dulce, fiscal del Tribunal Supremo y gran cinéfilo (contertulio habitual del programa de Garci Qué grande es el cine), que habló del Estado de Derecho, del sometimiento a las normas, de la sensatez, de la excesiva proliferación de normativas. Con el presidente y algunos consejeros y viceconsejeros sentados en primera línea del auditorio de la sede de Presidencia, Torres-Dulce tuvo la ocurrencia de concluir su intervención con dos citas: una de Baruch Spinoza, en concreto un párrafo de su obra Ética (Ética demostrada según el orden geométrico), y otra de la película Annie Hall, de Woody Allen, donde un judío acude al psiquiatra para preguntarle qué hace con su hermano, que tiene complejo de gallina, y aquél le responde que si quiere eliminarle ese complejo. La respuesta del judío fue “¿y quién nos dará los huevos?”. Así terminaba Torres-Dulce su intervención, diciendo a los presentes, al hilo del diálogo de la película: “o nos quitamos el complejo o nos quedamos con los huevos”. Ustedes verán, porque la gallina del turismo anda con complejos.