Por una vez y sin que sirva de precedente, va el alcalde Soria y se eleva en su artículo sobre Eligios y Lobos que colaboran con ese invento que se ha mostrado tan extravagante, a la par que estúpido, acaso por desconocer cosas como las que cuenta la mencionada Hanna. Quizá haya que esperar a que Soria sea líder y diga, llegado el caso, lo que se debe, aunque no sea lo más rentable del momento electoral, cuando explotemos en un sonoro aplauso. Mientras tanto, nos quedamos opinando que no queremos esquemas a la vasca, que preferiríamos a un líder del PSC, que no lo es de la izquierda canaria, saliendo a la palestra para alinearse con Soria y decir públicamente que no se presta a mamarrachadas, y que si el alcalde fue el primero en oponerse a poner puertas al monte, él va y se lo reconoce también. Ya sabemos, ya, que López Aguilar lo dice, pero el PSOE canario no es otra cosa que la parte tonta útil a fuerza de ser inútil. Hasta un hombre tan lúcido como Blas Trujillo habrá sucumbido al pandemonium cuando entre las diez enmiendas presentadas al PIO de Gran Canaria haya incluido alguna que evite la residencia de comunitarios en la isla.