Uno de los anuncios más novedosos de cuantos hizo esta semana en el Parlamento el reinvestido presidente de Canarias ha sido el de la creación, por fin, del Consejo Audiovisual de Canarias, órgano que velará, entre otras cosas, por el correcto cumplimiento de las prescripciones del concurso radiofónico recientemente adjudicado. En paralelo, Rivero anunció que al director general de la Radiotelevisión Canaria lo elegirá el Parlamento de Canarias, donde el candidato habrá de concitar el respaldo, al menos, de la mayoría de la Cámara, empezando por los dos partidos que sustentan al nuevo Gobierno. Tras los anuncios recientes del PSOE, parece evidente que el actual director general, Willy García, no goza de los favores del nuevo socio paulinés, lo que ya ha abierto la guerra de quinielas. Quien resulte elegido deberá enfrentarse a una situación presupuestaria ciertamente compleja, con gran parte del presupuesto comprometido, y con un sector audiovisual levantado literalmente en armas. Pero, además, la televisión pública de Canarias presenta los peores datos de audiencia de su historia. El miércoles pasado cayó hasta un 4.2%, y acabó el mes de julio con una media de 6.8 puntos, siempre por debajo de Televisión Española, que cerró el mes con un 9.