Les imaginamos al tanto del contenido de esa auditoría de recursos humanos de la Comunidad Autónoma elaborada por la Intervención General de la misma autonomía. Los datos son escalofriantes porque reflejan que esto no es un caos porque todavía hay trabajadores públicos que arriman el hombro cada mañana para que no se caiga el chiringuito. Lamentablemente, el resto de medios informativos se ha detenido en anécdotas ficticias como el desequilibrio entre provincias en el número de trabajadores, cuando la tragedia está en la falta de eficiencia y de eficacia, en la precaridad y en la ausencia de política de recursos humanos. Pero es que, además, al informe se le han olvidado algunos trabajadores que la Autonomía tiene a su cargo. Y a su disposición.