Y cuando hablamos de precipitaciones no nos referimos precisamente a las atmosféricas, sino a aquéllas derivadas del ímpetu empresarial, que ya se sabe cómo es cuando sale al extranjero, tipo Berlín. Allí anunciaron que un grupo canario se haría con un interesante paquete del operador TUI, un 10% del 33% que tiene un banco alemán, o así, por una módica cantidad de muchos ceros (de los de antes) que vendrían avalados por el Gobierno de Canarias, en una mitad, y pagados por el Gobierno de Canarias en la otra mitad. Pero esas precipitaciones, les decíamos, produjeron que rápidamente se incrementara el precio de las acciones, lo que ha obligado al paganini a congelar la operación. Luego vino la guerra, y de lo que pase luego de ella y de las elecciones nada podemos aventurar.