Otro dato que no debe pasarse por alto es la presencia de un yerno del funcionario Carlos Gutiérrez en la plantilla de vigilantes de Seguridad Integral Canaria. Y, a mayor abundamiento, destinado a los servicios de vigilancia de las dependencias del Cabildo de Gran Canaria. La empresa también detectó en este vigilante una inhumana y dilatada actividad en el desarrollo de sus tareas en las cocheras de la Corporación de la calle Pérez Galdós. Hasta que se descubrió el pastel, el yerno del jefe del Servicio de Régimen Interior figuraba en los partes presuntamente falsificados prestando sus servicios desde las siete de la mañana hasta las tres de la madrugada, es decir, veinte horas diarias. Un portento. Curiosamente esa pasión por el trabajo se redujo drásticamente hasta el horario normal, de 07.00 a 15.00, una vez Seguridad Integral Canaria desmontó la operación. Sin embargo, el yerno de Carlos Gutiérrez aún no ha sido despedido.