Aves de la Macaronesia, amenazadas por el aumento de la temperatura del Atlántico

Mapa de temperatura del mar, en el que los colores anaranjados indican entre 25 y 35 grados

Efe

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El aumento de la temperatura del mar previsto por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) podría afectar a la supervivencia de las poblaciones del petrel de Bulwer en las islas Azores, Canarias y Cabo Verde. Así lo advierte un estudio del Grupo de Ecología de Aves Marinas de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona.

Según el estudio, que publica la revista Science of The Total Environment, las aves marinas de Cabo Verde serían la más vulnerables frente a las nuevas condiciones climáticas.

El petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii) es un ave marina de vida pelágica de la familia de los proceláridos que se nutre de peces, cefalópodos y crustáceos, y en el océano Atlántico nidifica en los archipiélagos de la Macaronesia, en especial en rocas costeras, islotes y acantilados marinos.

Casi la mitad de los ejemplares de las Azores y Canarias migran hacia el Atlántico sur, mientras que todos los pájaros de Cabo Verde pasan la temporada no reproductora en el Atlántico central.

“Los efectos del cambio climático siempre se han predicho como severos en los ambientes polares, por lo que la mayoría de los trabajos demográficos sobre aves marinas han priorizado muestreos en zonas árticas o antárticas”, ha especificado el profesor del IRBIO Raül Ramos.

“Nuestro trabajo -según el investigador- ha comprobado que el impacto del cambio climático no solo afectará a las especies de latitudes polares sino también a otras especies circunscritas a ambientes más tropicales”.

Según los investigadores, el aumento de la temperatura de la superficie del mar es el factor que más influye de forma negativa en la supervivencia adulta de las tres poblaciones diferenciadas de petrel de Bulwer.

“No es que las aves puedan sufrir más o menos frío por el cambio climático, sino que los efectos negativos podrían impactar a través de la red trófica, porque la temperatura influye en la productividad o la abundancia de nutrientes y plancton en las principales zonas de alimentación del petrel de Bulwer, alterando la densidad poblacional de las presas potenciales de estas aves”, ha detallado la investigadora Marta Cruz-Flores.

Según los biólogos, en un escenario futuro, las capacidades del petrel de Bulwer para paliar los efectos del cambio climático podrían centrarse en la plasticidad de la especie en lo que se refiere a las estrategias de alimentación y la adaptación de las rutas migratorias.

“Las aves marinas son muy longevas: pueden vivir entre 15 y 50 años según la especie. Por eso, frente a cualquier cambio medioambiental relativamente brusco, los adultos suelen dar prioridad a la supervivencia individual frente al esfuerzo reproductor, por ejemplo”, ha señalado Ramos.

Otras especies de aves marinas de ambientes oceánicos tropicales y subtropicales también podrían verse afectadas por los efectos indirectos de la temperatura descritos en este trabajo, como los pájaros de tormenta, las pardelas y otros petreles que crían en archipiélagos del Caribe o de la Macaronesia. 

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