Una plaga de gorgojos que se creía llegada de América estaba ya en Canarias antes de la Conquista

Imagen cedida por la empresa Tibicena Arqueología de la excavación en La Fortaleza, donde está el yacimiento más antiguo de Gran Canaria

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

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El granero del yacimiento prehispánico de La Fortaleza, en Gran Canaria, cuentan con restos de insectos excepcionalmente conservados, que permiten conocer las plagas que trajeron consigo desde África los primeros pobladores de las islas y revelan que un tipo de gorgojo que se creía traído a Europa desde América tras el Descubrimiento ya estaba en Canarias antes de esas fechas.

Ocho investigadores de las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y Burdeos y la empresa de arqueología Tibicena publican en la revista Journal of Archaeological Sciences un trabajo sobre la información que pueden aportar los insectos sobre el uso del graneros colectivos de la sociedad aborigen de Gran Canaria.

Su tesis consiste en que determinadas plagas secundarias ponen de manifiesto el tiempo que las cosechas estuvieron reservadas en esos graneros, habilitados en cuevas, y aclaran su nivel de conservación.

“El almacenamiento es un punto crucial en la gestión de los alimentos. Sin embargo, es difícil reconocerlo en el registro arqueológico, debido a la dificultad de conservación de los restos orgánicos. En este sentido, la arqueoentomología puede arrojar luz al conocimiento de las técnicas de almacenamiento”, resalta la ULPGC.

Situado en la Caldera de Tirajana, en el municipio de Santa Lucía, el granero del yacimiento de La Fortaleza estuvo en uso durante unos mil años, entre los siglos V y XV después de Cristo.

Mezclados con los restos vegetales que se han recuperado en su interior, los investigadores han identificado varios tipos de insectos, que distribuyen entre “plagas primarias y secundarias”

El estudio también resalta la importancia de las fechas obtenidas con Carbono 14 en algunos insectos, como el escarabajo (o gorgojo) araña americano, Mezium americanum, que se pensaba que había llegado a Europa desde el Nuevo Mundo a partir de 1492.

Este trabajo aporta fechas que demuestran que este insecto estaba ya en Canarias antes de la Conquista de las islas, antes del s. XV. Por ello, plantean que puede tratarse de una especie nativa de Canarias que se adaptó a vivir con el ser humano con la llegada de los primeros pobladores de las islas desde el norte de África.

Esta investigación está firmada por Pedro Henríquez Valido, Jacob Morales, Paloma Vidal Matutano, Ángel Marchante Ortega y Amelia Rodríguez Rodríguez, de la ULPGC; Marco Moreno Benítez, de Tibicena Arqueología y Patrimonio; y Jean-Bernard Huchet, de la Universidad de Burdeos. 

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