La cultura no se cancela, solo se pospone
Se apagaron las luces de los teatros. No se escuchan aplausos ni vítores en las puertas de los auditorios. Los relatos descansan en los libros de las estanterías de las bibliotecas y los espectáculos de danza y las actuaciones musicales ahora son a través de una pantalla. La incertidumbre es la principal protagonista de todas las historias y frente a ella siguen trabajando quienes esperan volver a encontrarse con su público cuando emerja la nueva normalidad. El mundo de la cultura es uno de los tantos ámbitos afectados por la paralización que ha provocado la pandemia de la COVID-19 en España. Fue el primero en detener su actividad y, previsiblemente, será uno de los últimos en reactivarla. La máxima es “posponer y no cancelar”. El objetivo, que todos los artistas tengan su espacio.
Hasta 46 proyectos diferentes que afectan a casi 60 espectáculos se han suspendido en el Auditorio Alfredo Kraus y en el Teatro Pérez Galdós de Gran Canaria en estos dos meses desde que se declarara el estado de alarma. El primer plan ya se tropezó con el segundo y la previsión en estos momentos se sitúa a finales de junio. “Hay un número importante de espectáculos que han sido aplazados a nuevas fechas ya cerradas y otros, sin fecha concreta, a la espera de poder organizar las agendas tanto de los recintos como de los artistas”, afirma Manolo Benítez, subdirector de programación de la Fundación Canaria Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria. Ahora se centran en las indicaciones en torno a las medidas sanitarias de seguridad, aforo, condiciones de acceso a los recintos…
En circunstancias normales, la Fundación Auditorio y Teatro tiene activas hasta cuatro salas a la vez. Desde el departamento de programación se trabaja para que todas las compañías o artistas puedan tener una nueva fecha pero la prolongación de esta situación hace que las posibilidades cada vez sean menores. “Hay artistas que ya tienen compromisos firmados en otoño, con lo cual no hay forma de encajar, además, se empiezan a mezclar con las temporadas que ya estaban previstas”, lamenta Benítez. Reconoce que la casuística es enorme, desde artistas, agentes, promotores, empresas de servicios…Se estima que en Canarias existen 25.000 empleos relacionados de manera directa e indirecta con la cultura, que alcanza el 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB) de las Islas. El problema radica en que muchas de estas personas no forman parte de plantillas estables, por lo que no se pueden acoger a ningún tipo de ayuda.
Con el desasosiego del momento continúa trabajando Ardiel Zaya, director de Algato Producciones. Muchos eventos que organizaba su productora para el mes de marzo, entre los que destaca el Ciclo Autoras en el Auditorio Alfredo Kraus o varios espectáculos de humor en el Teatro Cicca, han sido desplazados para los meses de septiembre y octubre. Entre sus proyectos también se encuentra el Festival Cero que cada año se celebra en el mes de octubre en la capital grancanaria. “Ahora estamos con la incertidumbre de saber si en esos meses se podrán realizar esos eventos”, afirma. Es consciente de que será uno de los últimos en volver a la actividad con cierta normalidad, por ello, tiene claro que de empezar será para trabajar con una previsión a medio plazo, “ya casi todo el mundo está pensando en el año que viene”.
El sector está parado y cree que en términos económicos será “muy duro”. No obstante, indica que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria está pagando “muchas cosas que tenía pendientes” y eso les está ayudando a sobrellevar la situación. Ve este momento como una oportunidad para educar al público a consumir cultura, para ello considera que no solo se debe invertir en dar ayudas a la producción sino en incentivar a la gente a que vaya al teatro, a ver espectáculos musicales, exposiciones…
“No podemos tener miedo”
El pasado fin de semana se tenía que haber celebrado la 29 edición del festival Womad Cáceres. El contexto actual ha hecho que se suspenda uno de los eventos más esperados cada año en la comunidad extremeña. Sin embargo, la directora del festival en España, Dania Dévora, mira con optimismo al futuro sin dejar de lado la realidad del momento. Considera que en estos momentos hay que animar a la ciudadanía a “perder el miedo” sin dejar de ser “muy rigurosos” con las disciplinas a través de las pautas que marquen las autoridades sanitarias. La también promotora de ‘Maspalomas Soul Festival’ indica que “el gran compromiso de las instituciones es dar ese optimismo y esa esperanza de que se está trabajando en vencer esta pandemia que vivimos, de que se están abriendo otros horizontes y que la vida va a cambiar pero en función de mecanismos, de comportamientos, pero no en una sociedad muy dada al contacto, al saludo, a abrazarnos”. No cree que la solución pase por decir que se cierra todo hasta que se elimine el virus, sino que se debe pensar en función de la evolución. Coincide con muchos de sus compañeros en que el compromiso debe estar en “posponer”, de esa forma se habla de la “ilusión de que eso pueda existir” y está convencida de que así será.
Aunque reconoce que es una persona optimista por naturaleza, en estos momentos asegura que tiene motivos para serlo. “Hemos vividos crisis donde el respeto por la cultura era nulo -refiriéndose especialmente a la crisis económica de 2008- ahora sí se percibe que las instituciones están preocupadas por el sector de la cultura y lo que ello revierte e implica”, cuenta a este periódico solo unos minutos después de tener una videoconferencia con el alcalde de la capital grancanaria, Augusto Hidalgo, y otros agentes. Así mismo, alude a la satisfacción que siente al ver las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno de Canarias a través de la viceconsejería de Cultura.
Esta reflexión es compartida por Manolo Benítez, quien afirma que el Ejecutivo canario es uno de “los primeros en todo el territorio nacional” que anunció un paquete de medidas con un dinero ya asignado, además del Consistorio capitalino y el Cabildo insular. Cree que “lo más importante” es que la gente vuelva a querer comprar entradas para ir a espectáculos, ir a un museo o comprar un libro.
La directora del festival MasDanza, Natalia Medina, sostiene que la unión del sector ha sido fundamental para que no vuelva a tener las consecuencias de 2008, cuando se recortó “muchísimo” en cultura, recuerda. “Estamos trabajando conjuntamente con asociaciones de otras artes escénicas, todo eso ha dado sus frutos y se han aprobado unas ayudas para el mismo. Se presentaron 52 medidas y trabajamos con ellas a corto, medio y largo plazo para paliar los efectos que esta crisis está teniendo en el ámbito”.
Seis días después de que se declarara el estado de alarma, la Viceconsejería de Cultura del Gobierno regional se puso en marcha para valorar las primeras consecuencias de la crisis a través de un formulario a 3.000 empresas. Así, comenzaron las reuniones con diferentes agentes del sector. Además, desde el 23 de marzo, semanalmente se realiza una reunión con los siete Cabildos insulares para coordinar y complementar las acciones a desarrollar. Ya entrados en el mes de abril, previa guía con preguntas y respuestas, se anuncia el primer plan de choque con una dotación de 2,6 millones de euros dirigidos a proyectos de la industria cultural, de personas físicas y para artes plásticas y visuales… Según informan desde el departamento, está en trámite una línea de subvenciones para subsanar la actividad cultural cancelada. De la misma forma, la Dirección General de Cultura ha convocado ayudas para costear los gastos derivados de estas cancelaciones o suspensiones.
Desde que comenzó el confinamiento se han publicado muchas propuestas culturales, se ha mantenido la plataforma digital e-Biblio, que ha crecido exponencialmente en estas últimas semanas, y próximamente el Teatro Guiniguada, en Las Palmas de Gran Canaria, y La Granja, en Santa Cruz de Tenerife, se convertirán en espacios de grabación. La idea es grabar y emitir a través de Radio Televisión Canaria (RTVC) programas de diferentes disciplinas, desde el jazz, comedia fusión, teatro…, relata el viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Juan Márquez. “Eso nos permite que haya ingresos y que se vaya moviendo el sector”. No obstante, aclara que esto no se llevará a cabo mientras no se puedan abrir los teatros.
El viceconsejero confía en que en unas semanas ya pueda empezar cierta actividad cultural. Recuerda que desde que dio comienzo la fase 0 abrieron los archivos provinciales con las medidas de seguridad sanitarias exigidas. Además, se está trabajando en el protocolo para la apertura de bibliotecas. Márquez insiste en que la cultura es un derecho que tiene que ser “accesible” para toda la ciudadanía, por ello, las administraciones públicas tienen que garantizar unos mínimos. Adelanta que la política dirigida por el Ejecutivo regional para los próximos meses será la de apostar “única y exclusivamente” por los artistas y producciones locales en sus espacios propios. No se olvida de los rodajes, en los que se está trabajando para ponerlos en marcha lo antes posible. “Eso empezaría a generar un cierto movimiento, siempre con extrema precaución y medidas de seguridad”, señala. Otro de sus objetivos para estos meses es aplicar medidas que incentiven el consumo cultural.
La positividad, clave para afrontar la situación
La positividad es clave para afrontar la situación de la mejor manera posible, coinciden las fuentes consultadas. Natalia Medina asegura que en este tiempo han surgido “cosas nuevas muy buenas para el sector”, habla con la esperanza de que todo vuelva a la normalidad y aunque manifiesta que esta situación ha repercutido económicamente, cree que es generalizado y prefiere pensar en colectivo. “Será lento, tendremos que aplicar pautas que nos digan las autoridades, pero lo vamos a hacer porque no hemos parado”, reitera. Dévora recuerda la importancia que ha cobrado el consumo de cultura en estos dos últimos meses e invita a coger de las experiencias “todo que te deja algo importante”. Desconoce qué ocurrirá con el festival Womad que cada año se celebra en el mes de noviembre de Las Palmas de Gran Canaria, pero asegura que siguen trabajando en ese deseo. “El pensamiento de las instituciones es que pueda ser una realidad, sobre todo porque ya estaríamos en nuestra vida normalizada”.
El director de Algato Producciones considera que lo “primordial” ahora mismo es la salud. Consciente de que al sector de la cultura “le va a costar levantar cabeza”, al igual que al turismo, que es el principal motor económico de las Islas, advierte Zaya. Con ese optimismo también mira Benítez hacia el futuro: “Ahora le toca el turno a la gente con ideas nuevas”. Señala que cuando la situación se estabilice habrá que recuperar la confianza en volver a un teatro, a un espectáculo o cualquier evento, de esta forma se le podrá devolver a los artistas el esfuerzo que han hecho durante el confinamiento para entretener a la población. “El único objeto de su trabajo es que luego vuelvan a comprar entradas, a llenar teatros”.
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