Fernando Schwartz viaja al Egipto de principios del siglo XX en 'El príncipe de los oasis'

MADRID, 1 (EUROPA PRESS)

El diplomático y escritor Fernando Schwartz mezcla ficción y realidad en la “novela de viajes” 'El príncipe de los oasis' (Espasa), que retrata Egipto a principios del siglo XX. La obra (la undécima novela de Schwartz) se centra en la figura del personaje real de Ahmed Mohammad Makhluf Hassanên al-Bulaki ('Ahmed Hassanein Bey', en la novela), explorador y político cairota.

“Quería reflejar las dos realidades egipcias diferentes”, explicó el autor, en una referencia a la vida elitista que llevó su protagonista contrastada con “lo que sufrió la sociedad egipcia por modernizarse”.

Ya'kub, un joven mitad árabe, mitad occidental, criado y educado en Inglaterra (donde creció con el nombre de Jamie), regresa a Alejandría para reencontrarse con sus raíces islámicas. Junto a su padre (el gran Hassanein Bey), un aristócrata de la corte egipcia, emprenderá un peligroso viaje a los oasis de Libia. Desorientado por las hormonas y el cambio de cultura, Ya'kub se guía por la figura paterna a través de fastuosos palacios de El Cairo, pero también por sus barrios “canallas”.

GRAN EXPLORADOR

Bajo el punto de vista del joven Ya'kub, Schwartz novela las hazañas de Ahmed Hassanein Bey, que fue preceptor del rey Faruk, marido de la reina madre viuda Nazli, esgrimista en las Olimpiadas de 1920 y, sobre todo, aventurero y descubridor de las pinturas rupestres de los montes Uweinat (en la confluencia fronteriza de Libia, Egipto y Sudán) y otros oasis perdidos del desierto de Libia.

“En los años 20, El Cairo era un popurrí de todo”, reveló el escritor, quien piensa que ciertos rincones de la ciudad (como los mercados) “siguen iguales” o “peores” (en el caso de edificaciones clásicas) de lo que eran a principios del siglo.

La travesía real de Hassanein Bey por el desierto duró siete meses y más de 3.000 kilómetros. Schwartz viajó un mes por Egipto (“para ver e imaginar como eran las casas y cómo la gente vivía y respiraba en aquella época”), incluyendo el desierto en su ruta. “El desierto es asombroso y te limpia. No hay mejor lugar para meditar”, declaró el también periodista, quien durmió y cenó con beduinos una noche acampado en el 'Gran Mar de Arena'.

“NO ES UNA NOVELA SENTIMENTAL”

'El príncipe de los oasis' llega tras el éxito de 'El cuenco de laca', de 2008, consolidando la predilección del escritor por el género de la novela. Schwartz (Madrid, 1937) reveló que sus historias empiezan a conformarse después de encontrar “un personaje seductor”, como fue el caso de Ahmed Hassanein Bey, presentado al escritor por un amigo egipcio.

Al contrario de 'El cuenco de laca', 'El príncipe de los oasis' “no es una novela sentimental”. “Es una novela de viajes”, calificó el autor, quien reveló ser “divertido” documentarse para sus libros. Sin embargo, el ganador del Premio Planeta (1996) y del Premio Primavera (2006) confesó que le “cuesta” “separar la realidad de la ficción” en sus obras.

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