Lorca y Cervantes... a escena
MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El Lorca “más vanguardista” y una novela de Cervantes se subirán al escenario del Teatro Fernán Gómez, en Madrid, de la mano de El Teatro del Temple. La compañía aragonesa estrena 'El Público', escrito por Federico García Lorca en 1933, y 'El licenciado vidriera', montaje basado en una de las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes.
'El Público', en cartel hasta domingo, está considerada la pieza más vanguardista y personal de Lorca, un “gran desafío” para la compañía, según la directora del Teatro, Mora Apreda. “El propio Lorca decía que era imposible montarla. Pero, al mismo tiempo, quería verla en el escenario”, detalló Alfonso Pou, responsable de la dramaturgia de El Teatro del Temple.
Pou recordó que Lorca escribió 'El Público' en un momento “especial”, bajo una “crisis sentimental y artística”, que llevó al escritor a Nueva York. “La obra nació del impacto que le produjo la ciudad y sus ganas de enseñar a sus 'enemigos' que podía ser más vanguardista que ellos”, recordó Pou, en una referencia a la “respuesta” que Lorca dio a Dalí y Buñuel después de sentirse “insultado” cuando los artistas crearon 'Un perro andaluz'.
SURREALISMO Y EROTISMO
'El Público' pertenece a la última etapa de Lorca, en la que el granadino se entrega a la búsqueda de un lenguaje experimental y de una nueva poética dramática, con el afán de encontrar un 'teatro verdadero'. El autor crea un mundo surrealista, donde las relaciones humanas se mostrarán de manera descarnada, poética y transgresora.
“Hay una connotación surrealista en 'El Público', aunque Lorca rechazase asociaciones de su teatro con el movimiento surrealista”, precisó Pou, quien también destaca en la obra “el elemento íntimo, el erotismo, la homosexualidad y el tema del amor en sus múltiples facetas”. “Es un texto de Lorca raramente representado, que ofrece una espiral de emociones”, añadió Carlos Martín, director de la función.
El montaje, que cuenta con siete actores, despliega diversos ejes temáticos y planos simbólicos, para llegar a dos planteamientos principales. Por un lado, la necesidad de un 'teatro bajo la arena' como la alternativa necesaria a las máscaras del teatro convencional que representaría, según Lorca, las propias disociaciones del ser humano en su afán de ocultar su verdadera identidad. Por otro, una reflexión sobre el amor y la sexualidad, ligada a la ruptura de los tradicionales esquemas mujer/hombre y hombre/mujer.
El lenguaje y las figuras se mueven en este universo lorquiano, en el que la luna, el cuchillo, el caballo, el color blanco, las flores tienen un valor semántico específico, así como las diversas representaciones de la feminidad y la masculinidad. “Intentamos esclarecer los simbolismos”, precisó Martín sobre esta obra “no lineal”, “de riqueza visual” y que encierra “la gran poesía de Lorca”.
CUERPO DE VIDRIO
Por su parte, el montaje de 'El licenciado vidriera', en cartel hasta el 30 de mayo, está construido como un “ñaque contemporáneo”, de acuerdo con Pou. En esta adaptación de una novela corta de Cervantes, perteneciente a las llamadas 'Novelas Ejemplares', hay dos actores en escena. Uno de ellos es el conductor de la obra y alter ego de Cervantes (Javier Aranda), mientras que el otro es el protagonista de la fábula, el estudiante Tomás Rodaja (José Luis Esteban).
Rodaja marcha a Salamanca a estudiar acompañando de un noble y allí se licencia con honores. Viaja por diversas ciudades de Italia, pero pierde la razón a causa de una pócima de amor que le han suministrado en secreto y cree tener el cuerpo de vidrio y ser sumamente frágil, por lo que se obsesiona con la idea de romperse en mil pedazos. Sin embargo, su agudeza es sorprendente y todos le consultan a modo de consejero. Finalmente recobra el juicio, pero ya nadie le contrata ni va a verle.
Pou destacó la “actualidad” del texto, publicado en 1613, recordando la existencia de “personajes burbujas” como Michael Jackson. “Cervantes habla de personas que hacen de sus patologías elementos de venta. Eso se repite en la sociedad contemporánea”, matizó. “Es como si Cervantes hubiese anticipado a ciertas patologías relacionadas con el sentirse de cristal”, añadió Apreda.