Los rayos ultravioleta descubren un Giotto “secreto”
FLORENCIA, 10 (Reuters/EP)
Un grupo de restauradores que usó rayos ultravioleta ha redescubierto ricos detalles originales de pinturas de Giotto en la capilla Peruzzi en la Basílica de Santa Cruz de Florencia. Un tesoro artístico que habían estado oculto durante siglos.
“Hemos descubierto un Giotto secreto”, dijo Isabella Lapi Ballerini, jefa de Opificio delle Pietre Dure en Florencia, uno de los laboratorios de restauración de arte más prestigiosos del mundo.
El hallazgo se remonta al año pasado, cuando más de una decena de restauradores e investigadores comenzaron un ambicioso proyecto de “diagnósticos no invasivos”, para establecer la condición de esta capilla, de 12 metros de alto y pintada por Giotto alrededor de 1320.
El motivo del estudio, financiado en parte por una beca de la Fundación Getty en Los Angeles, era recaudar información sobre la capilla de 170 metros cuadrados para su uso como “mapa” y “cartilla médica”, para una restauración futura.
Durante el proyecto, que duró cuatro meses, los restauradores se percataron que mientras veían las pinturas bajo luz ultravioleta, eran capaces de ver detalles asombrosos que no son visibles al ojo humano. “Fue algo realmente asombroso”, dijo Cecilia Frosinini, co-cordinadora del proyecto que estudió las escenas sobre las viudas de Juan Bautista y Juan el Evangelista.
Por ordenes de la noble familia Peruzzi, la capilla fue blanqueada a comienzos del siglo XVIII para dar paso a un nuevo diseño de iglesia. Pero cuando los restauradores retiraron la pintura blanca en 1840, no fueron muy delicados y cuidadosos. Usaron las técnicas de su época, que incluían fuertes solventes y esponjas de acero que cortaron y homogeneizaron las pinturas, dando una visión traumática.
Aquellos “restauradores” del siglo XIX pintaron partes de los Giottos que habían sido dañados, agregando sus propias pinceladas para destacar aquello que ya no era visible desde la tierra.
Ya en 1958, una restauración removió lo que los restauradores del siglo XIX habían añadido, dejando lo que permanecía de los Giottos originales y aquello que los visitantes a la iglesia ven actualmente con sus propios ojos.
RECUPERACIÓN
Despúes de que los trabajos de restauración realizados en 1958 retiraran las partes ajenas a Giotto que fueron añadidas durante el siglo XIX, las pinturas quedaron débiles y anémicas, con la apariencia de un paciente que nunca se sanó del todo. Pero ahora cobran nueva vida gracias a la luz ultravioleta.
En la escena donde Dios está aceptando en el cielo a Juan el Evangelista, las arrugas en la frente de Juan, los pelos de su barba, el blanco de sus ojos y la mirada de Dios se ven efímeras, pero poderosas. Desafortunadamente, permanecerán efímeras por siempre.
Los detalles más exuberantes y espectaculares sólo son visibles cuando son bañados por la luz ultravioleta y someterlos a un bombardeo constante podría resultar no sólo poco práctico sino que además dañino.
La única forma de compartir el hallazgo con el público general podría ser mediante un gran y caro proyecto que permitiría a los visitantes disfrutar de una capilla virtual en las pantallas de los computadores. Pero eso todavía es aventurar demasiado