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Un rincón para pensar sobre el auge de la extrema derecha: “Hemos estado ciegos ante un fenómeno que venía de los 80”

Ignacio Sánchez-Cuenca y Pilar del Río, en el Festival de las Ideas y la Cultura (FIC) de eldiario.es (ALEJANDRO QUINTANA)

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —
28 de junio de 2025 14:09 h

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¿Cómo se puede frenar el giro hacia la extrema derecha en Europa? ¿Se explica sólo por causas económicas? ¿Qué responsabilidad tiene la izquierda? ¿Y el periodismo? Pilar del Río, periodista y presidenta de la Fundación José Saramago, e Ignacio Sánchez-Cuenca, profesor universitario, sociólogo y ensayista, han ahondado este sábado en el ascenso de la extrema derecha en un rincón de pensar moderado por Juanlu Sánchez, subdirector de eldiario.es, durante la segunda jornada del Festival de las Ideas y la Cultura (FIC) que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria.

“Hemos estado ciegos ante un fenómeno que venía desarrollándose desde los años 80”, ha aseverado Sánchez-Cuenca. “Empieza a despuntar, al principio de forma tímida, en Francia y Austria. Son los países que encabezan el resurgimiento. En el siglo XXI empieza a ser un fenómeno innegable”, ha añadido el profesor universitario.

“Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, parecía que íbamos a entrar en un tiempo de pensamiento, de reflexión, de armonía entre los pueblos, porque sabíamos que otra guerra sería arrasadora. Recuerdo que aprendíamos qué hacer con la civilización del ocio: trabajaríamos menos, pero para vivir mejor tendríamos que aprender qué hacer con nuestro tiempo. Nos hemos ido conformando, resignándonos. Hemos dejado de pensar en el poder de cada uno de nosotros, nos hemos sometido (…) Ocho mil millones de personas no podemos estar perdidos. Tendríamos que tener más caminos que personas”, ha manifestado Pilar del Río.

Para Sánchez-Cuenca, ese auge ha sido gradual. No hay un “salto cualitativo” o un punto de inflexión. Ni siquiera la crisis de 2008. Para el ensayista, las explicaciones económicas no son suficientes. Pone el ejemplo de Brasil durante el gobierno del Partido de los Trabajadores de Lula. “Es el único país que creció y redujo los índices de desigualdad. Y después eligen a Bolsonaro. ¿Dónde está la explicación económica ahí? Tiene que haber raíces políticas también”.

En esta línea, Pilar del Río ha recordado que “17 millones de personas salieron de la pobreza absoluta” en el primer mandato de Lula. Brasil, “al igual que Colombia”, buscó que las familias tuvieran viviendas dignas. “En cada vivienda que se entregaba había una hornilla, un frigorífico y una estantería con ocho o diez libros. Se entraba en una nueva dinámica. Hubo una escolarización masiva. La izquierda estaba gestionando bien”. ¿Qué pasó, entonces, con el pensamiento? “Hubo corrientes evangelistas que afloraron y convirtieron el pensamiento en algo más que la necesidad de comer y dormir, le dieron la vuelta hacia un mensaje religioso, dogmático y lleno de miedo”.

Sánchez-Cuenca sostiene que la extrema derecha ha capitalizado “el hartazgo” contra el sistema representativo de la democracia. Históricamente, la izquierda representaba “el modelo alternativo”. Sin embargo, a partir del “colapso del bloque comunista”, la izquierda “se compromete con la democracia y pasa a ser parte del sistema”. Ahora, “la izquierda ya no cree en el mito del proletariado y la rebeldía se ha trasladado a la extrema derecha y por eso la juventud se alinea más con la extrema derecha que con la izquierda”.

En este contexto de auge de la extrema derecha que amenaza con “desmontar los fundamentos del Estado del Bienestar”, las izquierdas “se han quedado atrapadas”, considera el sociólogo.

Sánchez-Cuenca también ha asociado esta crisis del pensamiento con un fenómeno de “desintermediación”. “Antes los mediadores facilitaban las cosas. Los partidos y los medios de comunicación son mediadores entre los ciudadanos y los estados. Las agencias de viaje, los traductores… Ahora asistimos a un proceso en que los mediadores se hacen innecesarios” y surgen voces “empoderadas” que expresan “lo que les da la gana”. Para ilustrarlo, ha puesto el ejemplo de un youtuber con cientos miles de seguidores. “Es un necio, no sabe nada, pero lanza juicios lleno de insultos, de descalificaciones y nadie le exige nada”, ha dicho.

El profesor ha calificado este proceso de “horizontalización”. El tipo de debate que antes estaba nucleado en torno a referentes intelectuales y expertos “también está cuestionado”. Los intelectuales y los periodistas, como mediadores, “han perdido crédito” y han ganado terreno opiniones “que no aportan nada” y que introducen “una cacofonía enorme”. Ello explica la proliferación de teorías conspiranoicas.

“Tenemos que repensar la democracia y reivindicar el concepto política (…) Algo está fallando en la educación (…) Hay que entender el poder como algo que depende de cada uno de nosotros y de nosotras, de que podemos construir y no destruir”, sostiene Pilar del Río. “Queremos agua y lavadoras en todo el mundo, no el 5% de armas. Si cambiamos nuestra actitud como sociedad, esto va a cambiar. Si no, vamos a estar en manos de unos déspotas absolutos”.

Para la presidenta de la Fundación José Saramago, es necesario “un corte de mangas colectivo” desde posiciones de izquierda. “Somos superiores moralmente, claro que lo somos. Quien ha nacido para compartir amor es superior a quien nace para compartir odio”, ha dicho Pilar del Río, que ha apelado a la responsabilidad de “elegir bien” a quién se vota.

Según Sánchez-Cuenca, no se puede responsabilizar a la izquierda del ascenso de la extrema derecha. “Los mecanismos representativos ahora están averiados y la izquierda está en una posición dificilísima (…) Lo que superará esta crisis no es inventar una nueva ideología, sino que la ciudadanía recupere la creencia en la democracia y el autogobierno”.

Un propósito que amenaza el regreso al poder de Donald Trump en Estados Unidos. “Si Trump se sale con la suya, habrá una involución autoritaria y tendrá un efecto contagio en el resto del mundo. Si fracasa, será una lección importantísima para democracias de otros países”.

Pilar del Río ha puesto el punto final al Rincón de pensar con una llamada a “denunciar de forma permanente” el genocidio en Gaza. “Hay que reivindicar el papel de la ONU para que crímenes, canalladas y un genocidio tan repugnante no se esté produciendo a nuestra vista”, ha concluido.

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