Tomaso Hernández crea una sabina reutilizado maderas de limpieza forestal

La escultura tiene un esqueleto metálico al que se le han ido ensamblando maderas procedentes de la limpieza forestal.

El Hierro Ahora

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El artista canario Tomaso Hernández construye una escultura con forma de Sabina, que parece real, reciclando y reutilizando maderas de la limpieza forestal.

Así, ha conseguido embellecer uno de los márgenes de la carretera HI-2, en uno de los puntos de mayor transito de turistas, de una de las principales vías de entrada y salida a la isla por el puerto de la Estaca.

Tomaso Hernández llega a la isla para realizar varias intervenciones convirtiendo en atractiva una zona residual, cambiándola por completo, con el “Jardín de La Sabina”. También, creará un reloj de sol en el Mirador de La Estaca, al encontrarse en el lugar una torreta de la luz que interfiere en la visión del espacio y el paisaje, convirtiendo esta, en el gnomon, que con su sombra marcará la hora. Cambiando el concepto total de la torre y del espacio, renovándolo y haciéndolo accesible.

Esta creación, “El Jardín de La Sabina”, está pensada como pieza site-specific, el término site-specific se refiere a un tipo de trabajo artístico específicamente diseñado para una localización en particular, como es el caso, de lo que se desprende una interrelación única con el espacio, la pieza de escultura de la Sabina es la protagonista del jardín y está diseñada a favor del viento y para ser vista contra el cielo limpio, así su silueta elevada en un pedestal creado para la ocasión, hace que se perciba mejor y contraste solamente contra el cielo para que se aprecie su forma más pura.

El término site-specific está íntimamente vinculado con el arte instalativo, como una instalación en un sitio específico; y con Land Art, que es una forma de arte contemporáneo en la que se enlazan el paisaje con la obra de arte, utilizando elementos de la naturaleza como material de intervención, que es site-specific casi por definición.

Tomaso Hernández es un enamorado de la isla del meridiano, realizando muchas visitas a la isla desde siempre, ha realizado los proyectos de ejecución de los Miradores de Isora y Las Playas.

“Quiero aprovechar para agradecer el encargo por parte de esta corporación, de los dos proyectos del Mirador de Isora y el Mirador de Las Playas, que saldrán a licitación en los próximos meses, cuya ejecución va a seguir el escrupuloso criterio de la reutilización de los materiales del entorno y que será de residuos cero, todo, totalmente integrado con el paisaje”, dijo.

Tomaso contó con la colaboración de los trabajadores del servicio de carreteras del Cabildo herreño, implicados con el artista en la construcción del jardín y de la Sabina: “Agradezco la colaboración indispensable de todo el equipo de la Consejería de Infraestructuras, Mantenimiento, Obras y Carreteras del Cabildo Insular”, señala el artista.

La escultura tiene un esqueleto metálico al que se le han ido ensamblando maderas procedentes de la limpieza forestal. Se han utilizado materiales reciclados y reutilizados, maderas de sabinas provenientes de limpiezas forestales, que el artista fue ensamblando, como un puzzle, creando la forma de la misma.

Ha creado el espacio del jardín siguiendo patrones de la filosofía Zen, piedras y plantas autóctonas, jable (picón), sanjoras (bejeques) y tabaibas mansa o dulce dispuestas de más a menos, para favorecer y centrar la visión de la Sabina milenaria, el árbol doblado por él viento. Creando un parque nativo, donde poder dar un paseo por un paisaje meditativo, que te lleva a un espacio en desaceleración.

Se ha buscado la armonía del conjunto, con formas simples, que responden a una filosofía creativa, marcada por el integracionismo con el paisaje, la reutilización de los elementos que ofrece la naturaleza.

Lo espectacular de la sencillez

“Es necesario llegar a lo más profundo, a los detalles, la naturaleza en si es una sucesión de detalles, y hay que perderse en la complejidad de la realidad, para hacer brotar la espectacularidad que encierra lo sencillo”, señala.

En la obra de Tomaso Hernández hay una clara voluntad de trabajar sobre los valores de la austeridad y la reutilización de los materiales del entorno, en una clave que deja muy clara en su utopía particular, que mira a largo plazo hacia la consecución, en último término, de una isla y un archipiélago ecológico.

“Imagínate que el mundo sepa que existen 8 islas con buen clima, que el aire es limpio, con playas, con naturaleza, que se autoabastecen con energías renovables, que la agricultura y la ganadería sean ecológicas y, por tanto, se coma sano. Este y no otro, sería el verdadero futuro al que deberíamos aspirar para nuestras islas, que nos volviésemos ecológicos ante el mundo… ¿crees que no vendrían turistas?”, apunta finalmente el artista.

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