El juaclo, refugio de perros herreños

Perros acogidos en la protectora 'El Juaclo'.

Romina Cabeza Izquierdo

Valverde —

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En la actualidad cuentan con alrededor de veinte perros, pero lo cierto es que la cifra puede aumentar dependiendo de la época. El cariño, la alimentación y los paseos que necesitan estos peludos se los dan a diario los voluntarios con los que cuenta el Juaclo, la única Asociación Protectora de Animales que existe en El Hierro. En el 2007 tres herreños y una alemana decidieron dar techo, pero sobre todo mucho amor a los canes abandonados en la isla, así es como nació este lugar, desde el que hoy en día se llevan a cabo multitud de iniciativas para tratar de mantener un espacio del que dependen los peluditos que allí viven.

Labor del Juaclo

Es raro acudir y no encontrar a alguien en sus instalaciones realizando labores de limpieza, llenando los cuencos de pienso o simplemente jugando con ellos. Aquí no importa ni el color, ni la raza, ni el tamaño, solo importa el buscar familias de acogida o bien de adopción. Precisamente, en este sentido, muchas de estos perros son adoptados tanto en El Hierro, como en el resto de islas o incluso en otros países como Alemania, lugar hasta el que llevan muchos de ellos. “Ayer fue el turno de una loba herreña, a Alemania. Colaboramos con protectoras en este país, ellos ponen las fotos de los perritos en las redes sociales y en cuanto hay alguien interesado comienza un determinado seguimiento hacia esa familia, sobre sus horarios. De esta forma nos aseguramos que realmente pueden pasar el tiempo necesario con el animal, es la única manera de garantizarle una buena vida”, nos explica la presidenta del Juaclo, Karin Kamm.

Para esta alemana, pero ya hija adoptiva de la isla por lo años que lleva en ella, ha habido una evolución favorable en El Hierro en cuanto al cuidado de una mascota se refiere. “Son seres vivos que sienten, que sufren, que comen y que hacen sus necesidades, no son peluches que se puedan pedir con un lazo rojo por el Día de Reyes”. A pesar del tiempo que lleva Karin tratando con los perros, afirma saber muy poco de ellos: “Me baso en aprender y cuando tengo cualquier tipo de duda por mínima que sea, llamo al veterinario”.

El día a día

Dentro del trabajo diario del Juaclo. ¿Qué es lo más complejo?

Se gasta mucho dinero, porque a cada perro que llega aquí se le realiza la desparasitación, se les da productos de calidad, así como las vacunas correspondientes y medicamentos en caso de ser necesarios, todo esto conllevan un gasto. A partir de los seis meses si continúan aquí, hay que esterilizarlos y aunque nos hacen precio al ser numerosos perros, el veterinario se lleva una parte de los ingresos que obtenemos.

Parten de unos gastos fijos, motivo por el que socios y voluntarios se encargan de organizar distintos proyectos e iniciativas para recaudar fondos. ¿No es así?

Sí, entre todos hacemos un buen equipo. Contamos con un puesto en el mercadillo de La Frontera, donde todos los domingos por la mañana vendemos ropa muy buena de segunda mano, libros… y gracias a esta iniciativa nos entra dinero cada fin de semana. También tenemos alrededor de 60 socios y en mi caso, al contar con algunas casas rurales, pues lo que hago es implicar a los turistas, les ofrezco la posibilidad de realizar sus excursiones acompañados por perros de nuestra protectora, así como venir aquí a ayudar. Otro proyecto que comenzamos hace muy poco ha sido el de impartir charlas por distintos centros educativos, recuerdo que todos los alumnos permanecieron muy atentos durante la explicación. Otra idea que queremos llevar a cabo más adelante es el trabajo con personas con algún tipo de enfermedad mental y lo que les puede proporcionar pasar unas horas con un perrito. Además como aquí contamos con psiquiatras, psicólogas y pedagogas voluntarias, pues es algo que nos gustaría impulsar.

¿Por qué no convertir esta perrera en un punto turístico para la isla? Aunque parezca algo absurdo, es lo que tenemos ya en mente. Como ves, algunos muros ya están pintados, pues bien, vendrán artistas con los que nos hemos puesto en contacto, con muy distintos estilos para reflejar en estas paredes arte e inspiración, creando de este modo un espacio único, como si fuera un museo.

¿Cómo ayudar?

¿Cuándo se ponen en contacto con ustedes tienen claro que quieren adoptar o prefieren ayudar de otro modo?

Algunos dicen de entrada que no van a adoptar, pero los días que permanecen en la isla, en el caso de turistas, vienen a ayudarnos, pasean a los perros y conocen a los voluntarios. Lo que si suelen hacer son donaciones, unos más y otros menos, pero todo se agradece. También tenemos a favor que la finca en la cual están los perros es de nuestra, por lo que no pagamos por ella.

Me gustaría destacar algo y es la implicación por parte de las instituciones, pues en el año 2016 como aporte anual cubrieron un 4% de todos nuestros gastos y en el 2017 un 7%. Es cierto que es una ayuda, pero no suficiente.

Imagino que cuentan con perros que llevan muchos años aquí y otros, sin embargo, que los adoptan enseguida.

Sí. Hay algunos que permanecen unas semanas o meses y otros, llegan al año. Mira el caso de Baby Pluto, cuando llegó no sabía caminar solo, se arrastraba y poco a poco ha ido confianza y ya ves que no para quieto.

Luego están los que no se dejan acariciar o que no se relacionan bien con el resto de perros, lo que hacemos en estos casos es ponerlos con cachorros, en ese momento es increíble observar como les cambia la actitud. Se convierten en perros alegres.

¿Cuál es la situación actual de abandono en El Hierro?

Aquí nos traen perros y ya estamos acostumbrados a que nos mientan, porque lo único que quieren es quitárselos de encima, así de triste. Algunas veces llegan contando historias que te salen las lágrimas y me da mucho pena no acogerlos. Están esas personas que deciden dejarlos aquí como si de una bolsa se tratara, pero luego están esas que de verdad por una razón más que justificada, como de salud, una enfermedad…ya no se pueden hacer cargo del perro y lo que hacen es que lo traen al Juaclo, pero tratan de venir cada semana a pasearlo y a estar con el.

Desde luego que antes que lo abandonen por ahí o que el pobre animal permanezca todo el día atado a una cuerda, prefiero que lo traigan a este lugar, aunque si les preguntas a sus dueños que por qué no los sueltan para que corran y jueguen, te responden que sus perros viven muy bien de esa manera.

De forma generalizada, sí es cierto que se hayan producido cambios, por ejemplo, hace treinta años en El Hierro era impensable ver a alguien paseando a su perrito por la calle, hoy afortunadamente es algo muy normal. Me gusta hacer referencia al Juaclo, como un gran equipo, pues como tú estás viendo todos vienen a cooperar.

El Juaclo en redes

Las redes sociales para ustedes cumplen un papel fundamental. Actualizan diariamente, hablan sobre los perritos del Juaclo…

Sí, publicamos casi todos los días, tanto en alemán como en español, ya que como te dije antes, desde el primer país citado también se interesan en el tema de adopción. Hay una persona encargada de todo ello, pero mira el efecto que tienen las rede cuando se hace un buen uso de ellas. Hace unos días llegó una familia de Gran Canaria que están de vacaciones aquí, en El Hierro, nos conocieron por Facebook y vinieron para pasear a los peluditos.

Desde que comenzamos, en varias ocasiones has hecho mención al papel de los voluntarios…

Sin duda, sin ellos El Juaclo no existiría. Tenemos voluntarios de aquí que son muy buenos, cada vez se apuntan más vecinos de El Hierro y cooperan con nosotros, pero necesitamos más personas, gran parte de nosotras estamos por encima de los 55 años, por lo que también ánimo a que se impliquen los jóvenes herreños.

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