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‘Murguero’, condenado por violencia machista y candidato del PP

Lorenzo Marichal Delgado, segundo por la izquierda, en una imagen de la campaña utilizada por la candidata del PP al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Cristina Tavío (primera por la derecha).

Carlos Sosa

Las Palmas de Gran Canaria —

Una condena firme de dos años de prisión por malos tratos físicos y psíquicos y lesiones a su pareja, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo y orden de alejamiento, no fue motivo suficiente para que Lorenzo Marichal Delgado renunciara a exponerse en una lista electoral el pasado 24 de mayo. Lo hizo en la del Partido Popular al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, encabezada por la ex presidenta insular de esa formación en la isla, Cristina Tavío, integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PP. 

Lorenzo Marichal es un viejo conocido en los ambientes carnavaleros de la ciudad, cuyo ayuntamiento lo llegó a contratar en 2009 como ayudante del director teatral Jaime Azpilicueta para la gala de elección de la reina de las fiestas, a pesar de sus nulos conocimientos del mundo de la escena. La concejala de fiestas, Maribel Oñate, del PP, se hizo con sus servicios para que asesorara en la participación de los grupos del carnaval en ese acto central del carnaval. 

En el PP de Tenerife aseguran desconocer la existencia de la sentencia condenatoria por malos tratos del número 15 de su lista a Santa Cruz. Pero sí aseguran que este mismo martes, Marichal pidió su baja voluntaria de la formación. 

La noticia, desvelada el martes por la Cadena Ser, cogió a los dirigentes del partido ofreciéndose sin decoro a Coalición Canaria para cogobernar la ciudad e impedir de ese modo el acuerdo de los nacionalistas con el PSOE, hasta ahora socio del alcalde José Manuel Bermúdez. Un acuerdo que obligaría a Cristina Tavío a renunciar a su acta de concejal dadas las desavenencias personales que sostiene con Bermúdez. 

Sea por ese ruido político o por el presunto prestigio carnavalero del condenado, lo cierto es que la noticia ha sido silenciada en la inmensa mayoría de los medios de comunicación canarios. Marichal pasa por ser considerado un histórico de las fiestas tras haber sido, entre otros puestos, director de la afirlarmónica Ni Fu Ni Fa, la murga más veterana y laureada del carnaval tinerfeño y una auténtica institución de estas fiestas. 

La sentencia, dictada in voce en julio de 2013 por la juez de lo Penal 3 de Santa Cruz de Tenerife tras la conformidad de las partes, no deja lugar a dudas sobre el comportamiento de este popular murguero: durante quince años, desde que inició su relación con la que ya es su ex pareja, Marichal mostró “un total desprecio por la integridad psíquica y física de su pareja”, a la que trató “de forma humillante desde el momento en el que empezaron su relación sentimental”, en 1995, hasta su separación, en 2010. 

En los hechos probados de la sentencia se relatan episodios humillantes que incluyen borracheras del condenado que remataba al llegar a casa con insultos y agresiones físicas que se agravaron a partir de que la pareja contrajera matrimonio en 2000, momento a partir del cuál Marichal “creó un clima de terror hacia su esposa y hacia otros miembros de la familia que motivó numerosos episodios de violencia verbal y puntualmente física, a pesar de que aquel mantenía de cara al exterior una imagen de persona sociable y generosa”. 

El candidato popular llevó también a atacar “en al menos una ocasión a su hija (…) cuando ésta tenía entre cuatro y cinco años”, así como al sobrino de su ex pareja  “al que insultaba frecuentemente”. La amenaza más repetida por Lorenzo Marichal a su ex esposa y su entorno familiar consistía en decirles que les iba a pegar “un trompazo contra la pared”, según resalta en varias ocasiones la sentencia. 

Las agresiones de todo tipo sufridas por la mujer la obligaron a someterse a sesiones de apoyo psicológico y a tratamiento psiquiátrico desde el año 2000. 

La juez condenó en firme a Lorenzo Marichal por el delito de maltrato habitual a una pena de un año y nueve meses en prisión, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, privación del derecho a la tenencia y porte de armas por cuatro años, y prohibición de acercarse a menos de 500 metros y a comunicar con su víctima por el tiempo de cuatro años. 

Y por el delito de lesiones, le condenó a tres meses de prisión, con la accesoria legal de inhabilitación especial para el ejercicio de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, alejamiento de su víctima de 500 metros y prohibición de comunicar con ella por otros cuatro años.

La condena incluyó 1.500 euros de indemnización a su víctima y el pago de las costas judiciales.

Marichal evitó ingresar en prisión al quedar suspendida esa parte de la condena por carecer de antecedentes penales, pero condicionado a que no volviera a delinquir durante su duración. De computarse la suma de las dos inhabilitaciones, el penado concurrió a las elecciones de mayo de 2015 quebrantando su condena. 

El silencio que reina en torno a este asunto en la sociedad tinerfeña contrasta con lo que se puede leer en el programa electoral del PP para el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife: “Reforzar las campañas de prevención de la violencia de género, promoviendo la participación activa de toda la sociedad para romper el silencio en los casos de violencia contra la mujer y sensibilizando a los ciudadanos”.

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