El británico Moore, secuestrado dos años y medio, asegura que sus captores tenían vínculos con el Gobierno iraquí

LONDRES, 12 (Reuters/EP)

El británico Peter Moore, un experto en informática que permaneció dos años y medio secuestrado en Irak hasta su liberación el pasado mes de diciembre, ha asegurado que fue torturado y sometido a ejecuciones fingidas y que sus captores eran una banda bien entrenada perteneciente a la resistencia y que “tiene representación en el Gobierno”. Asimismo, en una entrevista concedida al diario 'The Times', rechazó las informaciones de la Inteligencia de Estados Unidos según las cuales los secuestradores actuaban a las órdenes de la Guardia Revolucionaria de Irán y parte del tiempo en que estuvo secuestrado lo pasó en este país.

Moore recordó durante su entrevista que tanto él como sus cuatro escoltas británicos habían sido secuestrados en la sede del Ministerio de Hacienda en Bagdad en mayo de 2007 por una decena de hombres vestidos con los uniformes de las fuerzas de seguridad iraquíes. “Eran de la resistencia iraquí, tienen representación en el Gobierno”, declaró.

Asimismo, negó que la banda actuara a las órdenes de la Guardia Revolucionaria de Irán. “El único vínculo iraní es que actuaron en interés de Irán, posiblemente con fondos procedentes de Irán”, declaró. Los secuestradores, explicó, lo acusaron de pertenecer a la Inteligencia militar y lo interrogaron durante varias horas. Tres de los escoltas fueron asesinados y el cuarto pudo también morir, pero de momento no se ha localizado su cadáver.

TORTURAS Y EJECUCIONES FINGIDAS

Según Moore, durante su tiempo de cautiverio sufrió varias ejecuciones fingidas, vivió en habitaciones saturadas de gente y estuvo vigilando por grupos de insurgentes que se rotaban para ello. En ocasiones fue obligado a permanecer acostado durante semanas sobre una estera y sólo se le permitía sentarse para comer y levantarse para ir al cuarto de baño.

El rehén británico estuvo, también en ocasiones, encadenado por el tobillo a un grillete situado por encima de una ventana, maniatado y con los ojos vendados. “En un momento, me ataron las manos detrás de la espalda, me pusieron de pie sobre una silla cercana a una puerta, pusieron mis manos en lo alto de la puerta, me colgaron de las esposas y derribaron la silla de una patada, era algo muy doloroso”, relató.

En otra ocasión, los captores le apuntaron con la pistola en la cabeza y accionaron el gatillo, mientras hacían fuego real con otro arma. “Recuerdo que pensé que había muerto, y no era malo, no dolía”, recordó. “Entonces, me vi maniatado y con los ojos vendados y pude oír a gente riéndose”, añadió.

Los secuestradores, explicó, querían que los estadounidenses excarcelaran a varios dirigentes de su grupo armado, la Liga de los Justos, a cambio de su propia liberación. De hecho, precisó, varios miembros de la organización fueron liberados de un centro de detención norteamericanos y, a finales de diciembre, Moore fue conducido a presencia de un parlamentario iraquí, quien le anunció que quedaba libre. En todo caso, no se convenció de que había sido liberado hasta que fue trasladado a la Embajada británica en Bagdad y sólo se sintió seguro cuando regresó a su país.

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