Las disputas por el agua y la tierra dispara la violencia en Yemen

MADRID, 25 (IRIN/EUROPA PRESS)

La violencia por la tierra y los escasos recursos hídricos en Yemen se cobra más vidas que la rebelión, el “terrorismo” y la pugna por la secesión juntas, según un nuevo informe.

Yemen se enfrenta a movimientos secesionistas en el sur, la insurgencia en el norte, y a los ataques regulares contra el Gobierno por la filial de Al Qaeda en la Península Arábiga.

“Yemen se enfrenta a un gran número de desafíos”, según ha afirmado el investigador principal de 'The Reporter', Gavin Hales, a IRIN. “Es lamentable que la violencia social por la tierra y el agua reciban tan poca atención internacional a pesar del impacto que tiene sobre el desarrollo social y económico y las miles de muertes que causa cada año en Yemen”, lamentó.

La ausencia de un sistema completo y fiable de registro de propiedades hace que se produzcan numerosas y prolongadas disputas por la tierra. Hasta la mitad de los juicios están relacionados con esta cuestión, muchos de los cuales están vigentes desde hace años, y el sistema está sujeto a una gran corrupción, socavando aún más la credibilidad del Gobierno.

La falta de agua en Yemen es la causa principal de la mayoría de las crisis a las que se enfrenta el país. La disponibilidad anual de agua por persona es sólo el 2 por ciento del promedio mundial, y Saná se espera que sea la primera ciudad capital en el mundo que se quede sin agua.

ARMAS

La violencia social en Yemen crece por la conciencia social que hay de las mismas. Diversas fuentes afirman que existen aproxiamadamente 60 millones de armas en Yemen aunque estimaciones más realistas diminuyen el número de armas a 11 millones. En un país de 23 millones de habitantes, esta cifra representa una de las mayores tasas de armas por persona en el mundo.

El Gobierno de Yemen ha tomado medidas significativas desde 2007 para reducir las armas en zonas urbanas y para reducir el mercado armamentístico. Sin embargo, la falta de un Gobierno Central de influencia en las zonas rurales hace que sea difícil cumplir las leyes, especialmente teniendo en cuenta el importante papel de las armas en la cultura tribal.

Según declaraciones a IRIN del jeque Mohammed Al Shaif “las armas no son el problema porque llevarlas forma parte de la sociedad y la cultura. Es su mentalidad”. Sin embargo, añadió que los líderes tribales considerarían renunciar a sus armas. “Basándome en la gente que conozco, están listos para abandonar las armas. Las tribus están dispuestas a aceptar el imperio de la ley si esta es justa”.

El jeque se queja de que las leyes sobre armamento no se cumplan de manera equitativa. “Cuando se hizo la ley contra las armas había excepciones hechas por funcionarios de alto rango y por muchos ricos”, indicó.

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