Karzai prepara su toma de posesión con su reputación en el punto más bajo

KABUL, 15 (Reuters/EP)

El presidente afgano Hamid Karzai tomará el próximo jueves posesión de su cargo por segunda vez, como ya hiciera el 7 de diciembre de 2004. Sin embargo, en esta ocasión no se espera la presencia de los líderes internacionales que le saludaban cono el salvador de su pueblo. El escándalo de las elecciones presidenciales ha terminado por exponer a la luz pública los enormes niveles de corrupción que dominan su Gobierno y le ha convertido, más que en un apoyo, en un obstáculo a la nueva estrategia del presidente estadounidense Barack Obama para Afganistán.

Para saber exactamente en qué punto se encuentra la reputación de Karzai, basta con echar un vistazo a una viñeta humorística publicada en el diario británico 'The Telegraph', en el que el presidente reelecto de Afganistán se sienta a la mesa, acompañado del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y el de Zimbabue, Robert Mugabe, los “parias” por excelencia en Occidente.

El descrédito de Karzai llega en un momento crítico porque Obama pretende reforzar la actual presencia estadounidense en el país centroasiático y existe una profunda división en el seno de la Administración sobre esta ampliación de efectivos. Tras las elecciones afganas, Karzai se ha convertido en un importante factor en este debate, hasta tal punto que el embajador estadounidense, Karl Eikenberry, ex comandante de la OTAN en Afganistán, ha expresado su profunda reserva ante el incremento de tropas por las dudas que le inspira el presidente afgano.

¿QUIÉN ASISTIRÁ?

Hace cinco años, el vicepresidente estadounidense Dick Cheney y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, calificaban la primera ceremonia de investidura de Karzai de “histórico momento en la vida de la nación y en la historia de la libertad humana”. Ya en 2009, se desconoce qué mandatarios acudirán a la reválida.

Durante la última semana, los líderes internacionales han criticado duramente al Gobierno de Karzai, clasificado como el quinto más corrupto del mundo de acuerdo con un informe de Transparency International.

“No estoy preparado para arriesgar las vidas de los británicos por un Gobierno que no se planta ante la corrupción”, declaró en este sentido el primer ministro británico, Gordon Brown. El jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, almirante Mike Mullen, cuestionó durísimamente la legitimidad de Karzai, la cual “está puesta en duda, en el mejor de los casos, y en el peor de los casos no existe”.

Y este domingo, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, instaba a Karzai a que mejore su rendimiento al frente del país a través de la creación de un tribunal para juzgar delitos graves y una comisión anticorrupción. “Vamos a hacer lo que podamos para crear una atmósfera en la que la sangre y el dinero que Estados Unidos ha aportado a Afganistán puedan ser justificados, y producir la clase de resultados que estamos buscando”, declaró Clinton en una entrevista a ABC News desde la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se está celebrando en Singapur.

“Este es el mensaje que le hemos enviado. Ahora estamos esperando pruebas tangibles de que el Gobierno, con el presidente al frente pero hasta el nivel local más bajo, será más receptivo con las necesidades de su gente”, añadió la secretaria de Estado.

DEFENSA AFGANA

La respuesta afgana no ha hecho esperar, condenando el pasado sábado través de un duro comunicado las críticas internacionales que responsabilizan al Ejecutivo de Kabul, y concretamente a su Karzai, del fraude electoral perpetrado durante los comicios presidenciales y del elevado nivel de corrupción burocrática existente en el país centroasiático, alusiones ambas que suponen según la administración afgana “una violación de la soberanía nacional” y una falta de respeto“.

“Durante los últimos días ciertos círculos diplomáticos y políticos, así como agencias de propaganda de determinados países, han intervenido en los asuntos internos de Afganistán instruyéndonos sobre la composición de los órganos de Gobierno y sobre su línea política. Tales instrucciones violan el respeto a la soberanía nacional afgana”, sentenció el comunicado remitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores afgano y recogido por la cadena panárabe Al Yazira.

El propio Karzai responsabilizó a los “opacos” programas de ayuda internacional como fuente directa de la corrupción de su Gobierno. Las críticas del presidente Karzai a la presencia internacional se ha intensificado con el paso de los meses, primero por los bombardeos de las fuerzas aliadas que cada semana se cobran las vidas de decenas de civiles, ahora por la intromisión de los intereses internacionales en Afganistán.

“Las tropas occidentales en Afganistán están protegiendo sus propios intereses”, declaró en una entrevista a la cadena estadounidense PBS, en la que restó a importancia a la decisión de la ONU de evacuar a la mitad de su personal por la falta de seguridad en el país. “Si esos cientos de trabajadores no regresan, Afganistán no les echará de menos”, aseguró.

COMIENZO DIFÍCIL

La administración Obama ha mantenido desde el primer momento unas difíciles relaciones con Karzai, considerado por el ex presidente George W. Bush como un estrecho aliado.

La relación se deterioró aún más tras el limbo político que siguió a las elecciones del 20 de agosto, durante el que Karzai insistió en que los comicios habían transcurrido perfectamente dentro de la legalidad a pesar de las pruebas existentes de que casi un tercio de los votos había sido falsificado. Esta negligencia obligó a Karzai a acudir a una segunda ronda, que no llegó a celebrarse al declarar su único rival, Abdulá Abdulá, su retirada de la carrera a la Presidencia.

Este domingo, los diplomáticos de Kabul se muestran optimistas ante la posibilidad de que Karzai mantenga a los tecnócratas que llevaron los ministerios clave, pero temen que el presidente afgano emplee esta nueva legislatura para abrir puestos a los mismos señores de la guerra afganos que le ayudaron en su día a ganar los votos que le han llevado al triunfo en estas nuevas elecciones.

Por su parte, Washington, su contribuyente más importante, ha anunciado ya que sólo proporcionará ayuda económica a aquellos ministerios que mantengan a los mismos titulares en sus carteras.

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