La mortalidad infantil se redujo en un 41% entre 1990 y 2011
Varios países en distintas partes del mundo están logrando rápidos progresos en la reducción de muertes infantiles, lo que demuestra que es posible disminuir radicalmente la mortalidad infantil en el lapso de dos décadas, según recoge este viernes un informe de UNICEF.
El Informe sobre los progresos de 2012, titulado El compromiso con la supervivencia infantil: Una promesa renovada, examina las tendencias en las estimaciones de la mortalidad infantil desde 1990, y revela que las reducciones más importantes se han logrado en las tasas de mortalidad de menores de cinco años en todas las regiones y en diversos países.
“Esto se ha traducido en una firme reducción del número estimado de muertes de menores de cinco años en todo el mundo”, según Unicef. Los datos publicados junto al Grupo Interinstitucional para las Estimaciones sobre Mortalidad Infantil de las Naciones Unidas muestran que el número de niños menores de cinco años que han muerto a escala mundial se redujo de casi 12 millones en 1990 a un estimado de 6,9 millones en 2011.
Cada día mueren unos 14.000 niños menos, lo que supone un descenso del 41%, pasando de 87 muertes por cada mil nacidos vivos en 1990 a 51 el año pasado. El informe pone de relieve que ni el hecho de pertenecer a una región determinada ni la situación económica es necesariamente un obstáculo para que los países reduzcan las muertes infantiles. Países de ingresos bajos como Bangladesh, Liberia y Ruanda, países de ingresos medios como Brasil, Mongolia y Turquía o países de altos ingresos, como Omán y Portugal, han logrado avances espectaculares al reducir las tasas de mortalidad de los menores de cinco años en más de dos terceras partes entre 1990 y 2011.
“El descenso mundial de la mortalidad de menores de cinco años es un éxito significativo y un testimonio del trabajo y la dedicación de muchos, incluyendo los gobiernos, los donantes, los organismos y las familias”, dice el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “Pero también hay asuntos pendientes: millones de niños menores de cinco años siguen muriendo cada año por causas en gran medida prevenibles para las cuales existen intervenciones probadas y asequibles”.
“Estas vidas podrían salvarse mediante vacunas, una nutrición adecuada y atención básica médica y materna. El mundo cuenta con la tecnología y los conocimientos técnicos para hacerlo. El reto consiste en ponerlos a disposición de todos los niños”, concluyó.