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La larga lucha de La Gomera por contar con un puerto

Antiguo embarcadero de San Sebastián en 1918

La Gomera Ahora

San Sebastián de La Gomera —

La lucha de La Gomera por evitar el aislamiento terminó apenas hace unas décadas. Con anterioridad los esfuerzos por intentar superar las barreras geográficas fueron tan constantes como inútiles. El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna (ULL), Alberto Darias Príncipe ofreció el pasado lunes en el marco de la Cátedra José Aguiar una conferencia en la que se extendió sobre el primer intento de la Isla por contar con un muelle. El lugar elegido fue la Cueva del Conde de la Villa y cuando estaba apunto de culminarse tuvo lugar una tormenta que acabó con lo construido hasta el momento.

Con anterioridad la Isla apenas contó con un pequeño embarcadero que estaba situado en los alrededores del faro de San Cristóbal. Desde el año 1864 la prensa local inició una campaña frustrada para que La Gomera dispusiera de un puerto, pero la declaración de interés local suponía un fuerte obstáculo. Finalmente en 1888 los muelles de Valverde y San Sebastián serían declarados de interés general y por lo tanto pasaron a estar bajo la tutela del Estado.

Pero lo cierto es que el tiempo transcurría y el puerto no acababa de hacerse realidad. Y era así hasta el punto de que en 1906 cuando el rey Alfonso XIII desembarcó en la Isla tuvo que hacerlo en unas condiciones absolutamente precarias y en los brazos de un vecino. Quizás por ello, al ser testigo directo de esta triste realidad, una vez que volvió a Madrid el monarca inició los trámites para impulsar la obra. Poco después fue enviado un ingeniero a la Isla que planteó tres posibles emplazamientos, de los que finalmente se eligió la Cueva del Conde por ser la alternativa más económica.

La obra salió varias veces a concurso por que no generaba demasiado interés entre los constructores. Finalmente se adjudicó a una empresa balear que construyó parcialmente unos llamativos edificios de estilo ecléctico en primera línea de playa pero que desentonaban con el resto de la Villa y que fueron derruidos años más tarde. En 1912 comenzaron las obras del puerto y justo cuando estaban a punto de acabarse en 1914 una tormenta dio al traste con todo lo edificado. Madrid decidió abrir una investigación que sacó a la luz graves irregularidades, incumplimientos de todo tipo y lo que Darias llamó como “un descalabro total”. Sin embargo, no sólo no se tomó niniguna represalia, sino que incluso la empresa vio como con el tiempo se le devolvía la fianza.

El embrollo administrativo llegó al punto de que oficialmente en Madrid seguía existiendo un puerto en San Sebastián y por lo tanto no se atendían los requerimientos de los políticos canarios para construir esta infraestructura. Así ocurrió hasta 1950, momento en el que Franco llega a la Isla y tiene que ser desembarcado a brazos de un marinero, tal y como había ocurrido con el rey Alfonso XIII casi medio siglo antes.

El dictador impulsó entonces todo el procedimiento administrativo y pocos años después La Gomera contó con su primer puerto. El catedrático indica que hasta ese momento y a pesar de todo lo ocurrido la Isla nunca perdió el contacto con el exterior y mantuvo un comercio muy fluido con los países con los que sostenía una relación económica, especialmente por el plátano y tomate. Con el tiempo el puerto de San Sebastián se ha convertido en uno de los que registra un mayor tráfico de pasajeros de España hasta alcanzar los 1,2 millones de viajeros al año, cifra parecida a la que se alcanza en El Estrecho.

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