Espacio de opinión de La Palma Ahora
Público o privado ¿Qué nos beneficia más?
Las protestas en contra de la privatización del agua en Los Llanos de Aridane, con argumentos claves que parece ser, han sido asumidos por el nuevo grupo de Gobierno en el Ayuntamiento, o la famosa huelga de basuras en Madrid, donde quedó demostrado que las empresas adjudicatarias del servicio buscaban el lucro afanosamente, han puesto en tela de juicio un sistema bastante extendido, que pretendía convencer a los ciudadanos que lo privado es más eficiente que lo público, olvidándose nuestros gobernantes de dos aspectos muy sencillos: 1) Antes de la crisis, empresas privadas como los bancos generaron una burbuja inmobiliaria que llevaron al Gobierno Estatal a solicitar el rescate bancario a la Unión Europea, y por tanto a un mayor empobrecimiento del país. 2) Antes de la crisis, muchas empresas privadas cerraban porque no lograban ser competitivas.
Es obvio que tanto la gestión pública como la gestión privada pueden ser ineficientes, ahora bien, los siguientes comentarios escuchados en nuestras calles no son inventos: “Eso en la empresa privada no pasa”, “Si estuviera en la empresa privada, ya lo hubieran echado”, “Por la mañana en la pública y por la tarde en la privada, así salen las cuentas”, “Lo que la empresa privada hace en una semana, lo hacen los empleados públicos en un mes”, “La guardería privada abre más días que la pública”? Entonces la solución claramente está en mejorar la gestión de lo público, pero nos encontramos con varios problemas: 1) De forma generalizada, los regidores públicos no quieren enfrentarse a los trabajadores, son muchos votos y comentarios los que están en juego. 2) Las plantillas de muchas entidades han ido creciendo colocando a los amigos y familiares, generando en muchos casos redes clientelares. 3) Los convenios laborales que soportan las administraciones públicas han ido saqueando dichas corporaciones. 4) En general nunca pasa nada si determinadas tareas realizadas por empleados públicos no consiguen los objetivos inicialmente previstos. 5) Nunca hubo represalias a ninguna administración porque esta se retrasara en el pago a proveedores, etc.
De este modo nos encontramos con una situación difícil de solventar. Por ello, yo soy partidario que el Estado especifique claramente qué se puede privatizar y qué no, y cuáles son los ratios de eficiencia que tienen que cumplir los diferentes servicios públicos, tanto los privatizados como los no privatizados. Aunque en el país que vivimos nos podemos encontrar con la privatización de la Delegación del Gobierno o con la nacionalización de una importante empresa para colocar al cuñado de algún ministro como consejero delegado.
Dentro de esta tesitura, ¿qué nos beneficia más? ¿qué es más rentable económica y socialmente? Sin lugar a dudas la gestión pública con contrataciones que respeten los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad, limitando los sueldos, con horarios y convenios similares a los que tienen las empresas privadas, de tal modo que el lucro que obtienen las empresas que gestionan lo público repercuta en una rebaja del coste del servicio y en una mejora del mismo.
Sin embargo, seguimos en la fase donde la necesidad de hacer una explosión controlada de un banco, o de nacionalizar un banco, se enfrentan con lo siempre: ¿quién lo va a gestionar? Presumiblemente el colocado por la clase política, que piensa que el dinero público no es de nadie, y que va a buscar su beneficio. Por tanto, todos perdemos, incluidos los banqueros que han actuado en contra de la sociedad.
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