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Fe, cultura y música sacra “se fusionan” en la Semana Santa de Los Llanos de Aridane

La Palma Ahora

Los Llanos de Aridane —

“La Semana Santa de Los Llanos de Aridane representa un valioso testimonio del sentimiento religioso, la cultura y la identidad de un pueblo acumulada a través de los siglos, un sentimiento intenso, pero sereno y contenido, y una forma isleña, propia y diferente, de bella y sencilla plasmación”. Con estas palabras, se indica en un comunicado del Ayuntamiento, describe el doctor en Historia del Arte y profesor Titular del Departamento de Historia del Arte y Filosofía de la Universidad de La Laguna, Jesús Pérez Morera, responsable del prólogo del programa de vigilia, la Semana Santa de Los Llanos de Aridane que, en esta edición, “fusiona las expresiones de fe, con la cultura y la música sacra para poner en valor la calidad artística, cultural y religiosa de la misma”. 

La concejal responsable del área de Cultura, Charo González Palmero, señaló que desde el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane y “en estrecha colaboración con el arcipreste y párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Los Remedios, Fernando Lorenzo, se ha diseñado un programa de actividades que combina los tradicionales actos religiosos, destacando el valor de las piezas que se procesionan cada día, con los conciertos de música sacra en los que se interpretarán composiciones de gran calidad artística”. 

El primero de los conciertos tuvo lugar en la tarde del viernes en la Parroquia de Los Remedios, en el que Banda de Música Municipal interpretó un total de 9 piezas musicales de Paco Lola, Francisco González Ferrera, Teixidor, José Alburguer, Pedro Gámez Laserna, Franz Schubert, Mariano San Miguel, José Luis Peiró o Ernesto Marquina. 

El sábado, día 19, a las 19:00 horas en La Carrilla, concretamente en el Espacio Cultural El Secadero actuó Soco’s Dúo, un tándem musical integrado por César Martín a la marimba y Ciro Hernández al violonchelo que desde 2008 desarrollan “una incansable labor de investigación que les ha permitido recuperar partituras de diferentes lugares del mundo que entremezclan con composiciones propias generando un ambiente muy particular”. 

El ciclo de música siguió el sábado 2 de abril con Vivencias y emociones del Romanticismo, “un concierto de piano a cargo de María Lorenzo que comprende desde el rigor de las sonatas de Beethoven hasta el nacionalismo de Albéniz pasando por la esencia del Romanticismo en la figura de Chopin y que tendrá lugar en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura a las 20:30 horas”. 

El domingo de Ramos, día 20 de marzo, a partir de las 11:00 horas, tendrá lugar la tradicional  bendición de los ramos en La Fuente y la procesión del Señor en la burrita acompañado de los niños Hosana y la banda de Cornetas y Tambores Gaifa, de Santa Cruz de La Palma. 

Asimismo, el miércoles, 23 de marzo, a partir de las 20:00 horas dará comienzo la procesión de Jesús Nazareno y que junto a la del Señor del Huerto es una de las piezas más sobresalientes de la Semana Santa aridanense. Una pieza que data de principios del siglo XVIII y que destaca por su especial realismo. 

Con motivo de la procesión,  se indica en el comunicado, “Jesús de Nazareno saldrá acompañado de la Virgen Dolorosa y San Juan para protagonizar la ceremonia del Encuentro en la Plaza de España. Al comienzo de la misma intervendrá la Banda de Música Municipal que junto a los cantos eclesiásticos y la calidez de las voces del Coro Parroquial Lumen Dei acompañarán la predicación que tendrá lugar desde el balcón del Ayuntamiento”. 

Añade que “como cada año y a partir de las 21:30 horas, el Santo Cristo de Argual saldrá en procesión el Jueves Santo desde la Ermita San Pedro Apóstol hasta la Parroquia Matriz donde permanecerá hasta el día siguiente”. 

El día 25, Viernes Santo,  las 7:00 horas tendrá lugar el Vía Crucis con el Santo Cristo de La Salud. “Ya en horario de tarde, a las 20:30 horas dará comienzo la Procesión Magna del Santo Entierro en la que los aridanenses conmemoran la muerte de Cristo con su habitual descendimiento de la Cruz. Una procesión de emotivo realismo, que aviva la devoción de los fieles y en cuyo recorrido actuará la Banda de Música Municipal que, entre otros temas, interpretará Recuerdo a Los Muertos de Francisco González Ferrera”. 

El programa de actos se interrumpe hasta el domingo de Resurrección, el 27 de marzo donde a partir de las 11:00 horas tendrá lugar el concierto de la Banda de Música Municipal que “anunciará con júbilo la inminente salida, a las 12:00 horas del Santísimo Sacramento en procesión para celebrar la resurrección y posterior ascenso de Jesús a los cielos”. 

Notas históricas

La mayor parte de las obras que “atesora la Parroquia de Los Remedios”, se explica en el comunicado, “proceden de México o de las casas de ornamentos parisinos, por los mejores escultores que florecieron en la Isla en cada momento, autores de finales del Quinientos o conocidos artistas del barroco o del neoclasicismo isleño. La escala de estas imágenes era inferior al natural, como evidencian el tamaño y las proporciones del Cristo del Pueblo, el Nazareno o Nuestra Señora del Retiro, reflejo de otra sensibilidad y de otra manera más próxima y afable de acercarse a los fieles y ganar su querencia”. 

Añade que “las primeras efigies con las que contó la iglesia de Los Remedios fueron las de Cristo Crucificado y Nuestra Señora de la Soledad, destinadas a las funciones y procesiones del Jueves y Viernes Santo. Ambas figuran en el primer inventario, ya tardío, del templo, fechado en 1678, la primera como una escultura grande de talla y la segunda de vestir, aunque sin duda las dos imágenes existían desde mucho tiempo atrás. Llegado el siglo XVIII, a ellas se unieron las representaciones de Jesús Nazareno, hacia 1708, y de una nueva figura de la Virgen Dolorosa, la de Nuestra Señora del Retiro, en torno a 1718, con las que se hacían las procesiones de la tarde y de la noche del Miércoles y Viernes Santo; salidas, en sendos casos, de las manos de nuestro mejor imaginero del barroco, el escultor y pintor palmero Bernardo Manuel de Silva (1655-1721). Existió además una tercera Dolorosa para la ceremonia del encuentro en la tarde del Miércoles Santo, en la que también participaban las tallas del Cirineo y del Judío; así como las esculturas vestideras de la Magdalena y de la Verónica, a las que el prócer aridanense don Francisco Fernández Taño costeó en 1860 sendas túnicas de tafetán de seda, de color aplomado y negro, manto y toca de linón”. 

Señala que “promediado el siglo XIX, la Semana Santa de la localidad, al compás de la preponderancia económica y social que Los Llanos de Aridane fue progresivamente adquiriendo, experimentó un notable impulso, con los nuevos pasos procesionales del Lunes y Martes Santos, que, a imitación de la capital de la isla, vinieron a completar todos los días de la Semana de Pasión. En 1855, don Pablo Lorenzo Kábana, mayordomo de fábrica de la iglesia de Los Remedios, obtuvo autorización eclesiástica para poder sacar a la calle las recién adquiridas imágenes del Señor del Huerto y las Lágrimas de San Pedro, que, de acuerdo con el cura párroco y otros vecinos de la feligresía, ya tenían prevenidas sus bases, verificadas y reformadas con el peculio de todos ellos. El mismo mayordomo consigna en su haber, en 1859, los objetos que había adquirido en aquellos cuatro años, entre los que se contaban el nuevo paso del Señor del Huerto, con ángel con traje de seda y tul, corona de flores, cáliz de madera dorada y cruz; basa de dos cuerpos pintada y dorada, con cuatro perillones y caídas de terciopelo morado; y atributos de la Pasión: cruz, grillos, cadena, tenazas, martillo y demás símbolos. En esa fecha se añadió asimismo la efigie del Señor a la Columna para la festividad del Martes Santo. Ambas plasmaciones de la Pasión de Cristo son obra de dos reputados artistas isleños, la primera, según la acertada atribución de Alberto-José Fernández García, de Marcelo Gómez Rodríguez de Carmona (1713-1791), y la segunda del también escultor palmero Aurelio Carmona López (1826-1901). Por entonces, se incorporaron nuevas insignias procesionales, como la fija de plata ‘para la bandera del Viernes Santo’ en forma de punta de lanza, voz canaria con la que también se conoce a la varilla de hierro que usan los mariscadores para pulpear, inventariada igualmente en 1859; y el lábaro o estandarte romano, con las iniciales SPQR (el senado y el pueblo romano) en plancha de plata recortada sobre damasco morado, simpáticamente interpretadas en Los Llanos de Aridane por el populacho como San Pedro Quiere Rosquetes”. 

“Las cuentas de fábrica de aquella centuria”, continúa, “detallan los pagos satisfechos por teñir los velos violados del altar mayor para la cuaresma; por flores y cargas de rama para la Semana Santa, a los arrieros por conducirlas; por cortar y traer las palmas para el Domingo de Ramos; por los sermones del Lunes, Martes, Miércoles, Jueves y Viernes Santos; armar y desarmar el monumento; o por atender a los cargadores de las imágenes en las diversas procesiones y a los hombres que trabajaban en habilitar el templo el Viernes Santo. En 1840 fue necesario comprar tres palmas a doña Águeda de Herrera-Leyva y Sotomayor, propietaria de medio décimo de cañas en Tazacorte, por no tener la iglesia por entonces más que una palma propia; y en 1856 el presbítero don Antonio Pino Hernández predicó los sermones del Lunes y Viernes Santo y su compañero Antonio Sosa Pérez el del Miércoles. Los gastos del Sábado Santo incluían flores para la iglesia (1724-1733), así como para las canastillas y enrame de la vara de la Angélica (1850); mientras que en la mañana de Pascua de Resurrección un cajero hacía sonar el tambor o caja de guerra, costos estos últimos que corrieron primero por cuenta de la cofradía del Rosario (1749-1768) y después de la fábrica parroquial, que por los años de 1846 a 1850 abonó 25 reales a Miguel de Cáceres por tocar la caja del Aleluya. A finales del siglo XIX, se incorporó además la banda de música, primero el Viernes Santo (1880) y después el Miércoles (1883), concepto por el que sus directores, don Domingo Lorenzo (1882), don Sebastián Pérez (1885) y don Antonio Díaz Mederos (1889), fueron gratificados por las tocatas de costumbre en las correspondientes marchas procesionales. En 1881, la banda puso música a las procesiones del Jueves y del Viernes Santo, viniendo en ambos días desde Tazacorte”. 

“Ya en el siglo XX”, prosigue, “llegó al templo la imagen del Cristo de la Salud, que, tras su incorporación a la Semana Santa aridanense, recorría las calles de la población en la tarde del Jueves Santo, una vez acabados los oficios. Donada por don José Kábana y Valcárcel en 1910, la escultura, modelada en papelón y caña de maíz descortezada, técnica practicada por los indios tarascos de Michoacán (México), había presidido la iglesia del hospital de Nuestra Señora de los Dolores de Santa Cruz de La Palma hasta el traslado de aquella institución de beneficencia, en 1840, a su actual emplazamiento en el exconvento de Santa Clara. Allí consta inventariada en la más antigua relación de sus bienes y alhajas, fechada en 1603, como un ‘Cristo Grande de bulto que está en el altar mayor de la iglesia del dicho hospital’. Su tío, don Jacinto María Kábana, alcalde constitucional del pueblo de Los Llanos, había obtenido autorización en 1862 para colocar este crucificado, que se hallaba ‘en completo abandono y como almacenado’ en el ya por entonces templo desacralizado de la antigua casa-hospital, en una capilla que pretendía construir en el Calvario de Los Llanos de Aridane. De tamaño natural, sus evidentes analogías estilísticas con el Cristo de Carrión de los Condes (Palencia), aproximan su cronología a la de éste, llegado de México en torno a 1560, según ha resaltado el investigador Pablo F. Amador. Tras su llegada en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, la efigie vino a ocupar el lugar del Señor del Pueblo, que fue traslado a la urna habilitada en 1931 en la mesa de altar del retablo de San Antonio”.  

“El inventario de 1954 consigna así la existencia de un crucifijo grande de cartón —el Cristo de la Salud—, en un nicho grande y acompañado de las imágenes de San Juan Evangelista y la Magdalena, en el altar del Santo Cristo, situado en la antigua capilla de Ánimas, al lado del coro y a los pies de la nave del Evangelio”, concluye.

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