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Crímenes e infidelidades en una ciudad atlántica

Esther R. Medina / Esther R. Medina

Al cura Suárez lo mataron de madrugada, a sangre fría, en su casa de la calle Cabrera Pinto del barrio de San Sebastián, y a su ama de llaves la arrastraron hasta la finca Las Californias, en La Alameda, donde también le dieron muerte. “Santa Cruz de La Palma, de noche, es el escenario perfecto para los sucesos, con sus estrechos callejones, sus celosías desde las que puedes ver sin ser visto y su luz tenue”, han señalado a LA PALMA AHORA Alicia Hernández Cerezo e Inmaculada Santana Torres, las dos guías en prácticas que conducen una ruta turística gratuita en la que cuentan al visitante los hechos luctuosos y los sucesos más afamados que han tenido lugar en la capital desde el siglo XVI hasta finales del XIX.

Esta ruta temática se enmarca dentro del proyecto 'La otra ciudad' que impulsan el Ayuntamiento capitalino y la Academia Canarias, donde se han formado las guías, con el objetivo de mostrar la historia menos conocida de la ciudad. El primer recorrido se desarrolla este miércoles y se repetirá los días 13, 14, 15, 16 y 19 de junio entre las 20.00 y las 23.00 horas. Discurre por diferentes escenarios en los que han acontecido asesinatos, envenenamientos o disputas con resultado de muerte. “La ruta se hace en horario nocturno porque la gran mayoría de los sucesos han tenido lugar por la noche”, explican Alicia e Inmaculada. Las historias que narran han sido sacadas de las crónicas de Juan B. Lorenzo Rodríguez, del libro 'Narraciones que parecen cuento', de Armando Yanes Carrillo, y de las publicaciones de Jaime Pérez García, en las que recabaron información sobre los edificios y familias de Santa Cruz de La Palma. En la ruta, que ha requerido un laborioso trabajo de documentación, se dan los nombres reales de los protagonistas de los sucesos y las fechas aproximadas en las que éstos acontecieron.

Alicia e Inmaculada se han formado, junto a otros 15 compañeros, durante cinco meses, en la Academia Canarias en el marco de un convenio con el Servicio Canario de Empleo, y se encuentran actualmente realizando prácticas. Las enseñanzas teóricas han corrido a cargo de la profesora Elena López Galán, que “ha puesto mucho interés en que aprendiéramos”, resaltan. De la parte práctica se ha responsabilizado Víctor Hernández Correa, técnico de Patrimonio de la capital, investigador y un gran conocedor del pasado de la ciudad. “Ha sido una experiencia muy enriquecedora en la que hemos contado con el apoyo total de Elena y Víctor”, destacan.

La ruta consta de un total de 14 relatos que se narran en diferentes enclaves de la ciudad. El asesinato “a sangre fría”, en el siglo XIX, del cura Suárez y de su ama de llaves a manos de Mariano El Estanquero y su pandilla, que pretendían apoderarse de las monedas de oro que el párroco había traído de Cuba, conmovió a la población de la época. Al cura le dieron muerte en su propia vivienda, localizada en el número 46 de la calle Cabrera Pinto, mientras que su criada fue conducida hasta la finca de Las Californias, en La Alameda, donde la asesinaron.

También ha dejado huella en la ciudad el caso de Tomasa Sotomayor, una niña de nueve años que celebró esponsales a principios del siglo XVII con su tío Pedro Sotomayor, de 33, un hecho que derivó en disputas familiares en las que también se vieron implicados un notario y un párroco. “En la historia, con un final sorprendente, se entrecruzan muchos sentimientos”, relatan Alicia e Inmaculada. “Es un poco enredada por tanto litigio, pero hemos logrado hacerla amena”, añaden.

La historia de José Domingo, “un señor de moral recta”, quedó también recogida en las crónicas de la ciudad. “Aquí hay un hombre, una boda, una muerte y unas segundas nupcias”, detallan. “Un padre moribundo pidió a José Domingo, un señor ya mayor, que cuidara de sus hijas cuando muriera; y él, para proteger a las jóvenes, se casó con una de ellas, que tenía 17 años, pero en 40 años de matrimonio no mantuvo ningún contacto carnal”.

El asesinato de Carlos Cart a manos de Juan Massieu es otro suceso afamado. El escenario del crimen se sitúa en la avenida Marítima, antigua calle de La Marina, donde se halla plantado un drago en un parterre. “Fue una infidelidad por coqueteo pero acabó en muerte y en la destrucción de una familia”, relatan las guías. Juan Massieu, de 46 años, estaba casado con una chica de 22, la cual, en ausencia de su marido, mantenía conversaciones secretas con Carlos Cart a través de la celosía de su ventana; el criado reveló a su amo la relación extramatrimonial y Juan Massieu sorprendió y dio muerte al amante de su esposa, refugiándose posteriormente en el Convento de San Francisco.

El antiguo número 5 de la calle de Los Molinos también fue escenario de un crimen, en este caso, por “celos infundados”. El suceso lo protagoniza un joven amante que mata a su amada al sospechar que ésta le era infiel. “La vigiló por la noche y al descubrir una situación que le pareció extraña, decidió darle muerte”, cuentan.

El secuestro de una joven palmera en el siglo XVI es otro acontecimiento rocambolesco que corrió de boca en boca. El marino Jorge de Mendoza llegó a Santa Cruz de La Palma a bordo de una embarcación que se dirigía a Argentina, y durante su estancia en la capital se enamoró de una mujer cuyo nombre no aparece recogido en las crónicas “quizás porque no se quería hacer pública su identidad”, precisan Alicia e Inmaculada. “La noche antes de zarpar, se llevó a la joven al barco junto a su criada, pero, por lo que se sabe, ella no opuso resistencia”.

El intento de asesinato “por envidia” de Matías Rodríguez Felipe se incluye también en la ruta. “Se le conocía como El Damo porque era guapísimo, con unas facciones casi de mujer, muy fino, con buen porte, por lo que era enviado”, apuntan.

El caso de la primera mujer asesina de la ciudad, llamada Francisca Javier, se presenta como “la joya” de la ruta. “Por venganza mató a su marido, que era militar del Castillo de Santa Catalina, y a dos personas más; de forma progresiva, y a través de los alimentos, los fue envenenando a todos”, explican.

Con una crónica negra tan jugosa y con dos guías de nivel como Alicia Hernández e Inmaculada Rodríguez, Santa Cruz de La Palma puede explotar turísticamente y rentabilizar su pasado más oscuro. De momento, están haciendo prácticas, pero estas dos alumnas no descartan la posibilidad de crear una cooperativa y dedicarse profesionalmente a mostrar al visitante la otra historia de la ciudad. “Hemos recogido solo 14 sucesos, pero hay muchísimos más, como alguna muerte misteriosa en la que noche aparece como aliada”, concluyen.

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