Identificar a los responsables

Circulan por whatsapp varios mensajes en los que puede leerse, entre otras lindezas, que “para superar la parálisis económica que padecemos es preciso identificar a los miembros de ‘la secta destructiva’ responsable de la grave situación en que se encuentra la isla de La Palma”. Se acompañan fotos de personas, entiendo que con la finalidad de hacerles la vida imposible. Es sabido que en épocas de crisis profundas las actitudes fascistas proliferan. Este es un ejemplo. Los señalados lo son por expresar sus opiniones públicamente. Reconozcamos de entrada su valentía. Valentía frente a la cobardía de quienes los señalan y se esconden en el anonimato.

Pero, pregunto, será cierto que estas personas son las responsables de la situación dramática que vive la Isla. Para ello es preciso dar respuestas a ciertos interrogantes:

–     ¿Son los causantes de que tengamos un modelo de suministro eléctrico obsoleto que amenaza con ceros energéticos en cualquier momento?

–     ¿Son los causantes de que los ayuntamientos no dispongan de patrimonio público del suelo para paliar el déficit de viviendas dirigidas al sector más desfavorecido?

–     ¿Son los responsables del elevadísimo precio del suelo y de la especulación sobre el suelo rústico?

–     ¿Son los autores de la vergonzosa alternativa habitacional ofrecida a los afectados por el volcán?

–     ¿Se les podría achacar que la Isla carezca de Plan de Ordenación de Recursos Naturales que contemple la situación creada tras la erupción volcánica?

–     ¿Acaso se les puede atribuir la construcción de la carretera de la costa que venía a paliar una situación de ‘emergencia’ y que, finalmente, se abandonó sin culminar su trazado, con el consiguiente despilfarro de recursos públicos?

–     ¿Se les puede objetar que las obras de la carretera del sur no han concluido por su culpa?

–     ¿Son responsables del colapso del Plan Insular de Residuos?

–     ¿Se les puede señalar como responsables de la crisis del sector platanero debida a la sobreproducción y a la pérdida de cuotas de mercado?

–     ¿Son los culpables de que La Palma sea una isla subsidiada hasta límites insostenibles?

Finalmente, cabría preguntarse si iniciativas como la construcción del resort de La Pavona o el balneario de Las Manchas -Dichosa Wellness Clinic- contribuyen, o más bien agravan, las deficiencias que han quedado señaladas. Si contribuyen o no a la sostenibilidad ambiental y social que debe demandarse. La respuesta debe motivarse ineludiblemente. Las personas señaladas, ‘la secta destructiva’, han hecho los deberes exponiendo públicamente sus argumentos. Ahora resta que sus acusadores expresen los suyos y, sobre todo, se identifiquen, aunque sólo sea a los efectos de afrontar, si procediere, las consecuencias penales de su actuar.