La patronal de la construcción pide “valentía política para revertir el ocaso en que está sumida La Palma”
La Federación Provincial de Entidades de la Construcción (Fepeco) de Santa Cruz de Tenerife, en una nota de prensa, destaca que “La Palma requiere cambiar su modelo productivo”. Asegura que “la debilidad del sistema económico actual está llevando a la Isla a un despoblamiento, envejecimiento y precariedad productiva”.
Desde Fepeco se solicita “valentía política para revertir el ocaso en que está sumida la Isla”. Apunta que “La Palma no sólo es la isla bonita, sino que, además tiene que ser la Isla emprendedora, con crecimiento económico estable, que garantice la permanencia población y mayor calidad de vida con bienestar social. Oscar Izquierdo presidente de Fepeco es contundente al manifestar que: ”el modelo productivo de La Palma está agotado, como consecuencia, la Isla está en un profundo proceso de envejecimiento, con una inversión preocupante de la pirámide poblacional. Además, se produce un éxodo ininterrumpido de los jóvenes que salen de la Isla buscando un futuro que se les niega dentro, con la consecuente descapitalización, no sólo humana, sino de talento. Se necesita un cambio estructural de su economía, más pronto que tarde, que permita una mayor actividad económica para la vertebración social. Lo caduco del sistema lo demuestra también la pérdida de peso poblacional, la diferencia entre la población de derecho y la de hecho, es un síntoma clarificador del desgaste de un modelo, que tubo su razón de ser, pero que no responde a las necesidades actuales“.
En la nota se señala que “La Palma tiene y necesita crecer, primero en población, para ser el sustento de un cambio económico, eficaz, sostenible y para eso es necesario la incorporación de nuevas iniciativas económicas. El sector primario tiene que reinventarse, incluso pensando en la industrialización e innovación agrícola. No se puede quedar al margen de un hecho global como es el turismo, que tiene que aprovechar o disfrutar. Unido a una revalorización del sector servicios, que aumente la capacidad receptora y de calidad. Todo esto tiene que sostenerse sobre la base estructural de la construcción, con sistemas productivos modernos y eficientes”.
Sostiene que “la Ley de Islas Verdes tiene calidad y ha resuelto muchas cuestiones, independientemente de otorgar una gran seguridad jurídica”. Considera asimismo que “la postura ambivalente que transmiten a la opinión pública determinados dirigentes políticos, instalados en la perpetua equidistancia y contradicción respecto al patrón de las Islas Verdes, denota una irresponsabilidad poco o nada entendible”. Por un lado, indica, “califican al modelo turístico de depredador del territorio, especulativo e irracional y a la vez se arrogan su autoría o defensa”.
Apunta que “las contradicciones, en los medios de comunicación y en las redes sociales, del consejero de Ordenación del Territorio del Cabildo Insular respecto a la modificación de la superficie mínima en suelo rústico para desarrollar una instalación turística de pequeñas dimensiones en medianías cuestionan seriamente la calidad y veracidad de sus planteamientos. Muchos palmeros y no precisamente potentados económicos, tenían muchas esperanzas en esta Ley para revitalizar su maltrecha economía personal y familiar, quedándose por la falta de valentía política de los responsables públicos, que no son capaces de acometer el cambio estructural en la economía isleña, que demandan urgentemente los
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