“Si PP y PSOE pueden gobernar juntos en La Palma, por qué no en un gobierno de concentración nacional”
“Este año tengo que decir que la política española como tal es un desastre, pero como espectáculo, magnífica”. El humorista satírico y pesador Ramón Araújo, en el tradicional balance de final de año que realiza para La Palma Ahora, se pone muy serio y se muestra tremendamente preocupado por “la ruptura del marco constitucional”. Advierte de que la cosa no está para bromas. “No creo que haya un país en el mundo que tenga tantas fiestas y celebraciones, pero el país evoluciona siempre en una línea muy satírica, es como si de repente España fuera una película de Berlanga, una sátira costumbrista, un esperpento surrealista como el de Valle Inclán y después estuvieras metido en un drama lorquiano, tiene un amplísimo espectro teatral, zarzuelero, de comedia satírica, de ópera bufa… España, si la entiendes desde el punto de vista del espectáculo, es un país maravilloso, de toros, de grandes procesiones de Semana Santa, de un arte maravilloso y extraordinario, y de una vida cotidiana a veces llena de dramas, de sangre, de crímenes, de historia, de violencia… Pero dicho esto de que España como espectáculo es fantástica, sí te diría una cosa muy seria, y es que cada vez que en España se ha roto el consenso, es decir, se ha roto el marco constitucional, hemos pasado un periodo muy crítico”, afirma, y refresca la memoria: “Las tres grandes constituciones que han marcado la historia de España han sido la de 1812, la Constitución de Cádiz, que conozco bien porque estuve estudiando las actas cuando hice un doctorado sobre ella; allí se reunieron para buscar un consenso entre las fuerzas liberales y las conservadoras que tuvieron que unirse para luchar contra la invasión francesa, y cuando viene el rey, Fernando VII, se cargó la Constitución y las consecuencias fue un siglo XIX espantoso, de guerras civiles, de asonadas. En la Constitución republicana del 31 tenemos algo parecido, el marco constitucional se rompe por los dos extremos -antes ya del alzamiento nacional de Franco- por los radicales de derechas y por los radicales de izquierdas, y las consecuencias de la ruptura del marco constitucional del 31 fueron 40 años de dictadura militar. Hago estas advertencias, como aviso a navegantes, porque los de izquierda éramos los principales defensores del consenso del 78 y ahora somos los principales detractores, no sé qué ha pasado en este periodo, pero realmente ya no me reconozco en las fuerzas políticas que llevaron la Constitución del 78, no me reconozco ni en las de izquierda ni en las de derecha”. “Romper el marco constitucional puede salir muy caro, de hecho, estamos viviendo una época de conflicto y somos incapaces de formar un gobierno”, subraya.
Pero, dice Araújo, a quien el escritor Luis León Barreto define como “el juglar gallego y palmero”, que “la calle nos cura, porque cuando hablas con la gente lo que quiere es una aplicación del sentido común a nuestra política”.
“La izquierda necesita a la derecha y la derecha a la izquierda”
“Los que aceptamos el sistema democrático es porque hemos aprendido que no existe un pensamiento democrático si no hay oposición del otro lado, la izquierda necesita a la derecha y la derecha a la izquierda, esa especie de alternancia y de oposición siempre que se realice dentro de un marco constitucional”, afirma, y agrega: “El marco constitucional es un contrato, es una norma de derecho básico, los contratos hay que cumplirlos, los grandes contratos hay que cumplirlos, más cuando es un contrato nacional; si rompemos el consenso constitucional debemos saber realmente a lo que nos exponemos, y ahora hay una ruptura del consenso de hecho, no de derecho, hay partes de España que han roto el consenso ya y nos está perjudicando”. “Parte de los padres de la Constitución del 78 eran catalanes, entraron en el consenso nacional admitiendo que esas eran las reglas del juego para tener un régimen descentralizado”, recuerda. “Es deprimente que el único discurso realmente republicano que he oído este año haya sido el que pronunció el Rey el otro día, un discurso constitucional, y en estos momentos lo que necesitamos es un consenso constitucional”, remarca. “El ajuste que necesita España es la Constitución, no existe otro ajuste para convivir; estamos en un momento en el que necesitamos más que nunca el consenso constitucional”, reitera.
“A mí me encantaría ahora mismo cualquier gobierno mayoritario constitucional en España”
Y pasa del ámbito nacional a lo local. “En La Palma tenemos un gobierno de consenso constitucional, porque al fin y al cabo es un gobierno que se ajusta a la Constitución, el PP y el PSOE están ahora gobernando juntos, pero el PSOE gobernaba antes con CC. En Canarias hay un gobierno de izquierdas, y todo el mundo decía que era un desastre porque se habían aliado con los comunistas, pero parece que es un gobierno como cualquier otro, incluso en algunas áreas mejor que cualquier otro”, defiende, y se confiesa: “A mí me encantaría ahora mismo cualquier gobierno mayoritario constitucional en España, también me vale un gobierno PSOE-Podemos, pero no tienen mayoría, y al no tener mayoría están obligados a aliarse con gente que no les gusta España, no les gusta el país que van a gobernar, están todo el día hablando mal de él, dicen que es un país fascista; yo, perdona, por eso no puedo pasar, me parece una cosa increíble”. “Si el PP y el PSOE pueden gobernar juntos en La Palma, por qué no pueden hacer un gobierno de concentración nacional; yo estoy dispuesto a aliarme con quien sea, con el diablo, pueden estar muy lejos de mí en cuestiones sociales, pero al final en la vida común nos arreglamos”. “Si la discusión política no está en los límites que se discute un presupuesto municipal, no me sirve; habría que hacer como hizo Carlos III, el rey que creó el Estado español, que dijo aquí hay una hacienda, una moneda, una red de carreteras, gobernó España como un buen alcalde; pero cuando la gente está discutiendo por banderas y por cuestiones territoriales -temas que resolvimos en la Constitución del 78 y que pensamos que era para siempre- no estamos haciendo lo que hace un buen alcalde, un buen padre, que es abordar los aspectos básicos existenciales, los aspectos primarios de la vida -como puede ser el empleo-, que hoy en España en muchos campos dejan mucho que desear”, recalca Araújo, y hace hincapié en que “no podemos decir que un país está socializado si tiene mucho paro, la principal socialización debe entender la gente que es el empleo”. “Hay que gobernar el país como si estuvieras gobernando un ayuntamiento, hay que hablar de empleo, de carreteras, no de la soberanía nacional, ni de la unidad sagrada de la patria, ni de la república catalana… estamos aburridos de esa discusión, y, además, si alguien va a tomar alguna decisión sobre un territorio nacional, tiene que contar conmigo, porque yo soy uno de los 47 millones de españoles a los que se le dio la soberanía nacional en el año 78 y no pueden decidir sin mí”, advierte, y apela al “sentido común”. “Podemos alcanzar consensos con el diablo cuando realmente tenemos claro lo que vamos a hacer en el purgatorio -porque no me hables de paraísos-, a ver cómo administramos el purgatorio, cómo hacemos que sea menos malo para todos”.
Anticraisis, el grupo que fundó y lidera Ramón Araújo, en su repertorio de esta Navidad incluye una canción satírica que titula La mosca. “Para mí la mosca es ahora el emblema nacional, ya no es el toro, porque nunca he visto tanta gente tan mosqueada, tan cabreada, las redes se han convertido en un paseo de improperios en el que podemos ver la parte más casposa de nuestro país”, concluye con un gesto que denota preocupación.