Se buscan perros para salvar vidas

En la imagen, Amado García, Francisco Hernández (centro) e Inés Hernández. Foto: LUZ RODRÍGUEZ

Esther R. Medina

Breña Alta —

Las nuevas tecnologías, de momento, no han logrado desplazar al perro como una de las mejores herramientas en la búsqueda de personas desaparecidas. El Grupo de Perros de Salvamento de Ayuda en Emergencia Anaga (AEA) ha organizado un curso básico de obediencia de canes con el fin de lograr la incorporación de nuevos miembros a este colectivo que desarrolla una encomiable labor social. “Hemos conseguido que de los 12 perros que tenemos en el curso, dos se incorporen al grupo; por tanto, el objetivo está cumplido y estoy supercontento porque los dos chicos que acaban de entrar son personas serias y les gustan muchos los perros, y con eso me basta”, ha asegurado a LA PALMA AHORA Francisco José Hernández Pérez, jefe e instructor del Grupo de Perros de Salvamento de AEA. “Esto tiene que gustarte mucho, y considero que es una labor muy importante”, subraya. El grupo cuenta con siete personas pero “no es suficiente, porque cuanto más gente haya más podemos ayudar a los demás”, resalta.

El curso básico de obediencia de perros, que se está desarrollando en una parcela de la urbanización La Grama, en Breña Alta, cuesta 20 euros. “Es muy barato, solo cobramos el gasto que tenemos en material como correas y mordedores, porque nuestro objetivo es encontrar perros que se unan al grupo de rescate, algo que para mí es muy importante, puesto que estamos hablando de perros que salvan vidas humanas”, recalca Hernández Pérez, quien reconoce que a él le gustan “los perros funcionales, no los de alfombra, porque tener un perro de salvamento que localice a una persona viva es una satisfacción que no se puede describir”. “Lo ideal es contar con un grupo de 12 o 13 personas que le gusten los perros, que sepan trabajar con ellos y que nos ayuden a nosotros”, explica.

Los perros de rescate tienen un poderosísimo sentido del olfato, una audición excepcional y un entrenamiento riguroso a cargo de un guía experimentado. “Cualquier raza sirve para esta misión, siempre y cuando sea cachorro; pero hay que tener sentido de la responsabilidad, hay que saber educarlo y ser recto con el animal”, dice.

Col es la ‘joya’ del Grupo de Perros de Salvamento de AEA. Está homologado en grado C a nivel internacional, y eso se ha logrado “con un trabajo de quipo”. “Cuando Col se fue a una prueba a Galicia vinieron jueces de Suiza a examinarlo, porque son pruebas que tenemos que pasar cada dos años, cuando vence la homologación”, precisa el instructor Francisco Hernández.

El curso de obediencia básica estaba previsto que concluyera a finales de este mes, pero en vista de la demanda se prolongará hasta mediados de octubre y posiblemente, en los próximos meses, AEA organice otro.

Francisco vive entregado en cuerpo y alma a los perros. “Entreno de lunes a sábado, porque creo que el entrenamiento y la constancia es lo que hace un buen perro; hay gente que por su trabajo no puede venir a diario pero intentan hacer todo lo que pueden”, afirma.

Los canes de búsqueda y rescate están considerados como uno de los mejores medios para encontrar a personas desaparecidas o víctimas de desastres naturales. “Todos los años, por desgracia, salimos en cuatro o cinco búsquedas, y este verano fuimos incluso a El Hierro para sumarnos al operativo de un hombre desaparecido”. Col tiene en su brillante ‘expediente’ “tres búsquedas conseguidas”. “El día que encontró a un joven ahorcado en la cumbre me entró una mezcla de alegría y tristeza”, confiesa Francisco. “La colaboración ciudadana es muy importante en esta misión, por eso hemos organizado el curso, para que venga gente, conozca cómo actúa un perro de rescate y se sume a nuestro grupo”, concluye el instructor de AEA.

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