Tibicena descubre cinco estructuras en La Guancha después de 32 sondeos

El arqueólogo Róber Gomes señala una hilera de piedras que podrían ser los restos de muros; al fondo, dos arqueólogas limpian una de las áreas sondeadas

Luis Socorro

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Dos meses después del inicio de los trabajos  en el yacimiento de La Guancha, en el municipio grancanario de Gáldar, los arqueólogos de Tibicena han encontrado cinco estructuras: dos son líneas de muro, una tercera “con probabilidad también lo es” y dos más, con forma redondeada, que en principio apuntan a que se tratan de dos viviendas de factura aborigen. Esta intervención arqueológica está patrocinada por el Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria. Canarias Ahora ha cursado una visita para conocer de primera mano la evolución de las prospecciones, en un recinto que atesora las estructuras funerarias más espectaculares del Archipiélago.

Bajo un sol de justicia, cuatro arqueólogos, dos mujeres y dos hombres, limpian con delicadeza dos cuadrículas en la parte inferior del yacimiento, junto al singular tagoror –recinto de reuniones- con dos filas de gradas del enclave. “Hasta ahora”, nos cuenta Róber Gomes, el arqueólogo que coordina el trabajo de campo del proyecto Sondeos destinados a la evaluación de la potencialidad arqueológica del yacimiento de La Guancha, “hemos realizado 32 sondeos”, todos en la mitad inferior del enclave.

Está prevista la realización de una decena más de sondeos, con el propósito de seguir investigando qué nuevos elementos hay en el subsuelo del yacimiento, con el propósito de diseñar un conjunto de excavaciones que se realizarán en un futuro, cuando concluya la actual intervención, prevista para final de año. Hasta ahora, se han localizado cinco estructuras, pero solo se aprecia la parte superior, ya que en este proyecto solo contempla la ejecución los sondeos, precisamente para determinar en qué sectores se realizarán las excavaciones en profundidad.

Más allá de las estructuras, explica Gomes a esta Redacción, “hemos localizado poco material arqueológico, solo restos de malacofauna” –conchas marinas-, algún vestigio óseo y algún fragmento de cerámica. Estas ruinas, la necrópolis de La Guancha, fueron descubiertas en 1934. Quince años después, se declaró monumento histórico artístico bajo la denominación 'Ruinas de casas de tumbas descubiertas en Gáldar', hoy es un Bien de Interés Cultural (BIC) por la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985.

A pesar de esta protección legal, en la práctica estuvo a la intemperie hasta el último cuarto del siglo XX, con una carretera de tierra que cruzaba el recinto. Una de las viviendas indígenas de planta cuadriforme era utilizada para guardar las pertenencias de los jóvenes del municipio que acudían a darse un baño en la costa. En la actualidad, el yacimiento está vallado, los túmulos funerarios y las viviendas fueron restauradas pero no se ha realizado ninguna intervención en lo que llevamos de siglo hasta la actual.

Centro de interpretación

La campaña que se está ejecutando en estos momentos, afirma Juan Sebastián López, director insular de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, es fundamental “de cara a orientar las futuras acciones de investigación, interpretación y presentación pública del mismo”. 

En este contexto se enmarca la construcción de un centro de interpretación que se está levantando junto al yacimiento de La Guancha. Este centro será clave para la interpretación del conjunto arqueológico de este barrio del litoral de Gáldar, integrado por tres yacimientos: La Guancha, El Agujero y Bocabarranco. Los dos últimos conservan en muy buen estado un conjunto de casas de los primeros pobladores de la Isla. Está previsto que el centro de interpretación abra sus puertas, según nos informa López, en el curso de 2024.

Los sondeos actuales, además de concretar la potencialidad arqueológica del yacimiento,  aportará información “para la futura musealización del centro de interpretación” que está construyendo el Cabildo, señala el coordinador de las prospecciones, el arqueólogo de Tibicena Róber Gomes.

Varios de los sondeos no han dado con ningún registro histórico, pero al menos “nos han servido para descartar que varios de los amontonamientos de piedra eran solo eso”. La tarea de los arqueólogos es delicada y lenta. Se van acotando parcelas, se excavan en superficie y se acumula la tierra en montañitas. Una vez concluidos los sondeos, las parcelas prospectadas serán tapadas con la tierra para garantizar su conservación y protección.

Antes de la última fase de cubrición de las construcciones arqueológicas exhumadas durante los sondeos, se van realizando tareas de registro fotogramétrico y georreferenciación, tanto de los sondeos realizados como de las estructuras, depósitos o materiales ya localizados o los que se pudieran encontrar en los sondeos que faltan por ejecutar.

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