Amid Achí
Llegó con hambre de llegar a Número 1, pero tropezó con el Tenerife de las bolas negras, incapaz de perdonarle haber amasado una fortuna vendiendo bragas. Compró entonces un periódico, jugó a socialista y acabó de amigo de Paulino, otro exitoso acomplejado. No le va mal, aunque se queja.