Ana Oramas incendia Coalición Canaria antes de tiempo con su 'no' a Sánchez

Ana Oramas, diputada de Coalición Canaria, vota 'No' durante la segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados.

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

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“Me pillas comprando los Reyes, ¿qué me estás diciendo?”. El ‘No’ de la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, a la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno cogió este sábado por la tarde a gran parte del partido con las bolsas de los regalos en las manos. Mientras la diputada canaria más mediática en España daba carbón al candidato socialista, contra la decisión de su partido de abstenerse, lo que provocaba en las Islas era un incendio en Coalición Canaria antes de tiempo. Abrir ese pedazo de melón no se esperaba hasta el VII Congreso Nacional en mayo.

“¿Que qué vamos a hacer? Pues regalarle un ramo de flores… esta se ha echado al monte ¿balones al suelo, no?”, comentaba entre incrédulo e incómodo ante el paso dado por la diputada un destacado dirigente de las islas orientales, donde el sector más progresista de los que han conformado Coalición Canaria desde 1993 intenta reconducir al partido a una vía menos derechista que la impuesta desde 2015 por el grupo tinerfeño del expresidente Fernando Clavijo o la propia Oramas.

“Completamente”, respondía desde Fuerteventura otro alto dirigente cuando se le preguntaba si se sentía engañado por ese grupo de políticos que ha perdido todo el poder de la antigua Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), el núcleo de las Agrupaciones de Independientes de Canarias (AIC) que fundaron en 1993 Coalición Canaria con otros grupos regionalistas y nacionalistas, y de centro y de izquierdas procedentes de la voladura de UCD y de la desintegración del PCE en los años 80.

“Completamente” engañados tras un Consejo Político Nacional celebrado el viernes, el máximo órgano decisorio entre congresos, donde la cúpula tinerfeña no dio muestras de que se fuera a producir una espantada de tal magnitud como la escenificada, entre lágrimas, por Oramas, en una tarde ya histórica e histérica. Y eso que algunas fuentes sitúan a Oramas, junto a Clavijo, ahora senador aforado en el Supremo ante sus causas judiciales como alcalde de La Laguna, y el secretario general, José Miguel Barragán, almorzando juntos antes del Consejo.

A ese CPN no acudió la diputada a la que el partido le ha pedido explicaciones vía twitter, antes de abrir un expediente sancionador que conlleva su expulsión, si se aplican los estatutos orgánicos. “Suele no ir cuando no le gusta el resultado de lo que ya sabía que saldría”, critica una de las voces muy críticas por no abstenerse. Con el voto negativo ya efectivo, el secretario general de CC, José Miguel Barragán, ha convocado al Comité Permanente para este Día de Reyes, tras 19 horas de tensión interna entre el anuncio del ‘No’ y la consumación del voto. De esa Permanente forma parte la propia Ana Oramas, en calidad de portavoz en el Congreso de los Diputados.

La diputada por Santa Cruz de Tenerife ha abierto en canal a CC, durante 19 horas en vilo y las que quedan por delante hasta la votación del día 7, Comité Permanente de por medio. “Va a haber un debate muy duro”, avanzan fuentes de CC. Y más horas en vilo en las que desde CC se le exige una rectificación a tiempo; desde la derecha se le aplaude, como ha hecho Inés Arrimadas (Ciudadanos) pidiendo que diputados socialistas sigan su ejemplo y se conviertan en tránsfugas a lo Tamayo y Sáez en la Asamblea de Madrid en 2003; y desde las redes sociales se le dice de todo, desde reproches e insultos hasta aplausos y bravos. Esos bravos llegan incluso de sus socios localistas de la derecha españolista representados por el partido Unidos por Gran Canaria, con un diputado regional en el grupo parlamentario de CC-PNC, Lucas Bravo de Laguna.

En el fondo, lo que ha hecho Oramas, con el silencio cómplice de buena parte de sus compañeros de partido del sector conservador en Tenerife (ATI) que aplaude a rabiar su indisciplina, es reventar a Coalición Canaria y destapar sus grandes contradicciones ideológicas antes de tiempo. Antes del VII Congreso Nacional de mayo, para el que promueve su candidatura el propio Clavijo, a pesar de sus causas judiciales abiertas como el caso Grúas.

A ese Congreso también quiere llegar el sector progresista con una alternativa que acerque a una Coalición más centrada hacia una reunificación con Nueva Canarias, pero de entrada ya ha provocado una ruptura en la unidad de voto a las primeras de cambio en el Congreso de los Diputados. “No voy a meterle el dedo en el ojo a un partido que no es el mío”, dijo este mismo domingo el diputado de NC Pedro Quevedo en los pasillos del Congreso a La Sexta. Un diputado que en virtud de los acuerdos electorales con CC debe ceder su escaño por Las Palmas a ese partido que no es el suyo en dos años y medio...

Además, la decisión no tan personal –las reacciones en redes sociales de políticos de CC de Tenerife arropándola lo reflejan- de Oramas de no hacer caso al mandato del Consejo Político y seguir solo los intereses de CC de Tenerife, de la vieja ATI, demuestran su clara intención de enfrentarse a tumba abierta con quienes desde otras islas promueven un reequilibrio territorial y de paso ideológico del partido que siga acercándolo aún más a Nueva Canarias.

Así se entendía en la estrategia marcada por el Consejo Político Nacional de al menos dejar “puertas abiertas” con el PSOE con una abstención crítica en la investidura. Todo ha saltado por los aires y todo apunta a que Ana Oramas no dará su brazo a torcer por mucha Permanente que la repruebe este Día de Reyes y la conmine a cambiar su voto el día 7. Esa decisión obligará al secretario general del partido a abrir un expediente de expulsión. O dar un mensaje letal a toda CC de que los estatutos están para incumplirlos. O que los estatutos no están para Ana Oramas.

El partido que todavía se define, según sus normas aprobadas en su último Congreso Nacional de 2017, como una organización nacionalista, interclasista, y en defensa de la Nación Canaria, tiene previsto celebrar en mayo su VII Congreso. El debate, al que no está acostumbrado en los últimos años por el poder centralizado en la isla de Tenerife desde la escisión de Nueva Canarias en 2005, se abre antes de tiempo. Salvo que una indisciplina de ese calibre se pase por alto y haga saltar por los aires las estructuras de una formación montada desde el poder que ha perdido todo el poder en Canarias desde las elecciones de mayo pasado.

La crisis de Coalición Canaria se veía venir desde los pactos autonómicos, insulares y locales que la han desalojado de cabildos, ayuntamientos y el Gobierno autonómico. Desde la barrera, dos actores contemplan esta desintegración con expectación. De un lado, Nueva Canarias, en cuyo seno existe una mayoría proclive al viraje a la izquierda de CC y una mayor integración que acabe refundando el nacionalismo canario; de otro, esa amalgama de derechas locales y escindidas del PP de Canarias que dejara hecho unos zorros el exministro José Manuel Soria, y que vería con buenos ojos la creación de un proyecto regionalista tipo Canarias Suma.

No en vano, ese tipo de fórmula CC-PP es lo que le pide el alma a Ana Oramas y a la derecha tinerfeñista que se resiste a compartir el poder en Coalición Canaria.

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