El socio de Coalición Canaria agita el fantasma de la descolonización tras perder sus últimos bastiones de poder

Juan Manuel García Ramos, diputado de CC-PNC y presidente del PNC

Alexis González

Las Palmas de Gran Canaria —

Un fantasma recorre algunas mentes de Coalición Canaria y sus partidos asociados a escasas horas de haber perdido sus últimos bastiones de poder, los cabildos de Tenerife y La Palma, después de tres y hasta cuatro décadas décadas dominando todas las administraciones públicas del Archipiélago: el fantasma de la descolonización de las Islas.

Así lo ha escrito en su cuenta de Facebook el diputado autonómico de CC-PNC por la isla de Tenerife, Juan Manuel García Ramos, y presidente del Partido Nacionalista Canario (PNC): “Somos el nacionalismo más peligroso del Estado español porque mañana podemos acudir a Naciones Unidas y reclamar nuestro estatus de pueblo descolonizado, lo que no pueden invocar ni vascos, ni catalanes ni gallegos”.

Hace 40 años, la Organización para la Unidad Africana, precedente de la actual Unión Africana, planteó el derecho a la descolonización de Canarias del Reino de España, como también estaba sobre la mesa la descolonización -todavía a día de hoy- del Sáhara Occidental español, ocupado por Marruecos con el consentimiento del gobierno franquista que permitió la Marcha Verde alauita sobre territorio saharaui.

El debate sobre la descolonización de Canarias llegó hasta principios de los años ochenta, con el Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) de Antonio Cubillo desarticulado desde el atentado que sufrió en Argel en 1978, orquestado por los servicios secretos españoles.

Pero el incipiente movimiento independentista y federalista, mayoritariamente de izquierdas, siguió siendo un “riesgo” hasta principios de los años ochenta y fue uno de los motivos por el que se retrasara la entrada en vigor del primer Estatuto de Autonomía (1982). Y que este se rigiera por la vía lenta del artículo 143 y no como las “comunidades históricas” que desarrollaron el 151 de la Constitución española.

El diputado nacionalista canario llega a esa conclusión tras lamentar que los dos últimos cabildos que presidía hasta el miércoles Coalición hayan “caído en manos peninsulares”, en referencia al PSOE, en el caso del de Tenerife en alianza con dos consejeros en trámite de expulsión de Ciudadanos; y a los consejeros también en ese trance de expulsión del PP, por pactar en La Palma con el PSOE.

“Los partidos españolistas asentados en Canarias tienen todos una aversión especial contra el nacionalismo canario en general, aunque sea de la baja intensidad que practica Coalición Canaria, acaso con la complicidad de nuestro partido, el Partido Nacionalista Canario, el más antiguo de Canarias, y el tercero más antiguo de España, después del PSOE y del PNV”, indica quien también fuera consejero de Educación en un gobierno de regionalistas independientes (AIC) y de centro-derecha españolista (AP-PDP-UL y el CDS) entre 1987 y 1991.

“Siempre ha sido así, desde Secundido Delgado [considerado Padre de la Patria Canaria y precursor del independentismo canario y también de un autonomismo de corte federalista y anarquista a finales del siglo XIX], que defendió a Canarias como territorio soberano y fue atacado por el Estado español, que luego tuvo que indemnizarlo con las doce mil quinientas pesetas de la época por haberlo encerrado en la cárcel modelo de Madrid sin pruebas; desde Antonio Cubillo [líder del MPAIAC], indemnizado con veinticinco millones de pesetas por crimen de Estado en Argelia; desde [Fernando] Sagaseta [diputado de Unión del Pueblo Canario entre 1979 y 1982] ridiculizado por todas las fuerzas españolistas de la época; desde Manuel Hermoso, desde Adán Martín, desde Paulino Rivero, todos [presidentes canarios de CC] perseguidos por la justicia española, como ahora Fernando Clavijo Batlle”, investigado por los casos Grúas y Reparos.

García Ramos, en su entrada en Facebook, hace una especie de Causa General de la Justicia española contra los nacionalistas canarios (Hermoso, Martín y Rivero, antes que nacionalistas fueron políticos de la UCD de Adolfo Suárez) para equiparar las investigaciones judiciales al presidente saliente, Fernando Clavijo, por presuntos delitos en su etapa de alcalde de La Laguna con la persecución en la España de principios del siglo XX a Secundino Delgado o los más graves delitos de terrorismo de Estado, reconocidos durante la etapa de Martín Villa en el Ministerio del Interior, con el atentado a Antonio Cubillo en su exilio de Argel (1978).

Y de ahí, concluye que “es tan fácil poner de acuerdo a los españolistas asentados en Canarias, llámense PSOE, PP, C’s, PODEMOS, o lo que ustedes quieran. Todos contra cualquier obediencia canaria a secas, todos de acuerdo con que los jefecillos deben ser de fuera. Debemos seguir siendo cautivos de decisiones foráneas. Debemos de seguir siendo subalternos”, concluye.

No es la primera vez que desde Coalición Canaria, en situaciones de crisis en sus relaciones con el Gobierno estatal, se aventa el fantasma del independentismo. El propio Fernando Clavijo era partidario hace diez años de que Canarias fuera un Estado Libre Asociado como lo es Puerto Rico con Estados Unidos; una idea que fue lanzada antes por uno de los presidentes canarios procedentes de aquella UCD, el grancanario Lorenzo Olarte, que transitó del CDS al Centro Canario Nacionalista.

Más recientemente, la crisis provocada por el procesamiento y condena de cárcel al exalcalde de Santa Cruz de Tenerife y exsenador Miguel Zerolo, por el caso Las Teresitas, provocó también un movimiento de agitación mediática contra la “justicia española” y planteamientos independentistas en el entorno más cercano al poder de Coalición Canaria. Que ahora ve cómo pierde sus dos últimos bastiones de poder en sus islas intocables de Tenerife y La Palma.

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