CC pierde el poder en el Cabildo de Tenerife pese a un escandaloso intento de suspender el pleno en la Corporación

Pedro Martín y Carlos Alonso, en el momento en que el primero toma el relevo en la Administración insular

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

El socialista Pedro Martín es desde hoy, 24 de julio de 2019, nuevo presidente del Cabildo Insular de Tenerife a pesar de un último intento a la desesperada de Coalición Canaria (CC), consentido y defendido por el PP (socio de los primeros), de aferrarse al poder al intentar suspender con una argucia legal el pleno extraordinario en la Corporación insular en contra del criterio del secretario.

La estrategia de CC solo pretendía empeorar las condiciones político-administrativas de los consejeros insulares de Cs, dos, dentro de su partido y ganar tiempo para lograr que estos fueran expulsados de manera definitiva por la formación naranja. Al final no se consiguió.

Los nacionalistas comenzaron la sesión extraordinaria de este miércoles en la que se iba a votar la moción de censura contra Carlos Alonso alegando incompatibilidades del consejero de Sí Podemos Canarias José David Carballo Ceballos en el momento en que se presentó la moción de censura (lo que en teoría suponía que esta solo estuviera apoyada en origen por 15 consejeros y no por los 16 necesarios, según la versión jurídica defendida por Alberto Bernabé, portavoz de CC), por lo que la presidenta de la Mesa de Edad del Cabildo, Juana María Reyes (de CC y en esa función por la ausencia de José Manuel Pitti), atendiendo a la supuesta existencia de “dudas razonables” sobre aquel primer proceder del grupo de la censura, solicitó al secretario de la Corporación un informe por escrito que aclarara tal punto.

Ello lo hizo la presidenta de la Mesa, y en esa estrategia de partido se mantuvo (al tener voto de calidad y romper el empate con el otro integrante de la Mesa, que era socialista), pese a que el secretario del pleno había afirmado con insistencia que no existía tal incompatibilidad y así mismo lo anunció a través de una certificación in voice, que luego se confirmó igual de válida que el informe por escrito que habían pedido tanto CC como PP.

Confirmado ese extremo legal, casi una hora después, se pudo reanudar el pleno con el resultado final ya conocido: la aprobación de la moción de censura con 16 votos a favor (11 del PSOE, tres de Sí Podemos y dos de Cs) y 14 en contra (10 de CC y cuatro del PP), estos últimos los de los partidos ahora en la oposición (CC y PP), menos el de José Manuel Pitti, que se desconoce por qué no fue al pleno y si su ausencia tuvo algo que ver con que CC hubiera decidido que la defensa de sus postulados para retrasar el pleno y con ello la moción de censura sería más convincente y certera a través de Juana María Reyes.

Al final toda esa estrategia de demora de CC-PP resultó infructuosa, sobre todo cuando el PSOE calificó de “delito” la actitud de suspender el pleno de la presidenta de la Mesa sin tener en cuenta el criterio contrario del secretario y además dejó claro que llevaría a los tribunales a Juana María Reyes por esa actitud “prevaricadora”.

Esto la hizo recapacitar, pedir un receso para examinar la situación con más calma y, en esas reuniones técnico-jurídicas, ya quedó bien claro que el pleno debía seguir adelante y la ilegalidad observada por CC-PP no era reconocida por los funcionarios, sino solo por los políticos que eran parte en el proceso: nacionalistas y populares.

Para esperar por el informe pedido por escrito, la presidenta de la Mesa incluso abogó por suspender el pleno y dar un plazo de cinco días para la presentación de dicho informe jurídico, algo que incluso hizo y para lo que planteó como día del nuevo pleno el 1 de agosto. Ante las protestas de los consejeros socialistas, de Sí Podemos y de Cs, se solicitó aquel receso, que duró más de media hora. Durante ese tiempo, hasta la reanudación del pleno en torno a las 14.00, este quedó en el aire y no se sabía si al final se posponía o no.

Tras reiniciarse la sesión y llegar a la conclusión de que no existía la incompatibilidad alegada, continuó el pleno (con dos horas de retraso) y se procedió a votar la moción de censura contra el nacionalista Carlos Alonso.

La moción salió adelante con los votos del PSOE (11), Sí Podemos Canarias (3) y Cs (2), lo que dio la mayoría absoluta (16 frente a 14 en contra, los votos de CC y del PP) al aspirante Pedro Martín y ya presidente de esa Administración insular.

El PSOE vuelve así al poder en el Cabildo tinerfeño tras abandonar la presidencia en el año 1987, momento en que CC no la dejó hasta ahora; o sea, durante 32 años seguidos y con hasta tres políticos diferentes: primero, Adán Martín; luego, Ricardo Melchior, y hasta hoy, Carlos Alonso. En la tarde del miércoles, también se publicó el decreto con la nueva estructura de competencias y nombres del Gobierno insular de PSOE y Cs, que se encuentra en este enlace y que da la vicepresidencia primera del Cabildo de Tenerife a Enrique Arriaga, de Cs.

La moción de censura impulsada por el PSOE y su líder insular, Pedro Martín (es alcalde de Guía de Isora -lleva 24 años seguidos como regidor local-, puesto que se prevé que ahora deje en manos de Josefa Mesa, y secretario general de los socialistas en Tenerife), se presentó el pasado 10 de julio en el registro central del Cabildo, en menos de un mes desde la toma de posesión como presidente insular de Carlos Alonso, algo que ocurrió en la sesión constituyente del 21 de junio. Por esta razón, el mandato de Alonso en la etapa de gobierno que se inició tras las elecciones del 26M solo ha durado un mes y cuatro días.

El triunfo de la censura al final se produjo pese a las dudas que se habían trasladado desde el partido Ciudadanos y desde la propia CC sobre la decisión final que adoptarían los dos consejeros (o al menos uno de ellos) elegidos por la formación naranja, que están suspendidos cautelarmente de militancia por la dirección de su organización política y que incluso han asumido el riesgo de ser expulsados de manera definitiva del partido. Alonso los llamó este miércoles “tránsfugas”.

La operación política que se ha consolidado este miércoles en el Cabildo de Tenerife se puede decir que es casi un calco de lo ocurrido en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (capital de la isla), donde la confluencia de izquierdas Unidas Podemos apoyó la investidura de la socialista Patricia Hernández junto a dos concejales de Ciudadanos, pero aquellos sin formar parte de ese gobierno local.

En Santa Cruz de Tenerife, esos concejales de Ciudadanos están a punto de ser expulsados del partido por en teoría no seguir las indicaciones de la dirección política en el primer pleno del actual mandato, lo que dejó sin alcaldía a la fuerza más votada, CC, con José Manuel Bermúdez como candidato a ser reelegido.

En el Cabildo de Tenerife, el ejecutivo que resulte de este nuevo proceso estará formado por integrantes del PSOE y Ciudadanos (acceda al documento firmado como pacto por estos partidos). Los tres consejeros de Sí Podemos Canarias no cogobernarán aunque si prestarán apoyo en los plenos a las propuestas previamente consensuadas entre los tres partidos que forman la actual mayoría en la Corporación insular, una mayoría muy al límite: 16 consejeros por 14 (la suma de CC y PP sin el voto por ausencia de José Manuel Pitti).

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