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Las derechas alientan el fantasma del 'tamayazo' y confían en deserciones de última hora que desbaraten la investidura

Conversación entre Santiago Abascal y Pablo Casado en el Congreso de los Diputados.

Iñigo Aduriz

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Las tres derechas de PP, Vox y Ciudadanos llegarán este martes a la segunda votación de la sesión de investidura de Pedro Sánchez con la esperanza de que se repita lo sucedido en la Asamblea de Madrid hace más de 16 años. El 10 de junio de 2003, los entonces diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez se ausentaron de la votación de la Mesa de la Cámara, dando la presidencia a la candidata del PP y rompiendo la suma para la investidura del candidato del PSOE a la Presidencia de la Comunidad, Rafael Simancas, que por la falta de esos dos votos no pudo ser elegido pese a su acuerdo con IU. El conocido como 'tamayazo' allanó el camino a la entonces líder del PP regional, Esperanza Aguirre, que tras un forzado adelanto electoral logró mayoría absoluta.

Ahora, todos los esfuerzos de PP, Vox y Ciudadanos desde que el sábado comenzó el debate de investidura de Sánchez están dedicados a intentar que el escenario de ese 'tamayazo' se repita el martes en el Congreso de los Diputados durante la segunda votación. El líder del PSOE tan solo necesitará entonces más 'síes' que 'noes', una suma que previsiblemente conseguirá si se repiten o mejoran los resultados de la votación del domingo, cuando obtuvo 166 apoyos, 165 rechazos y 18 abstenciones.

Las formaciones conservadoras siguen confiando en que bien en las filas socialistas o bien en las de otros partidos que han confirmado su 'sí' o su abstención en la investidura se produzcan deserciones que den un vuelco a las ajustadas cuentas parlamentarias y se desbarate la reelección de Sánchez como presidente del Gobierno.

En los últimos días, las apelaciones públicas de PP, Vox y Ciudadanos a la ruptura de la disciplina de voto de esos partidos han sido constantes. Justo antes de que comenzara la sesión plenaria del domingo, el vicesecretario de Comunicación de los populares, Pablo Montesinos, llamaba a “reflexionar” a los diputados del PSOE y de otros partidos minoritarios que van a facilitar la investidura, ya que, según apuntaba, aún “están a tiempo” de parar la hoja de ruta de Sánchez, que a su juicio es “mala” para el país. “Pueden reflexionar y deben hacerlo por el bien de España”, remachaba en los pasillos del Congreso.

Llamamiento a “los demócratas”

Apelando al discurso de un día antes del portavoz de ERC en el Parlamento, Gabriel Rufián, en el que habló de autodeterminación y amnistía, el vicesecretario de Comunicación del PP realizó un último llamamiento a los diputados del PSOE: “Apelo a los socialistas y pido una reflexión, si quieren eso para España, unos socios y un presidente del Gobierno que ataquen sistemáticamente a las instituciones del Estado”. Preguntado específicamente sobre si al PP le gustaría que se repitiera el 'tamayazo', Montesinos evitaba dar una respuesta clara.

Desde la dirección popular se ha apelado una y otra vez a los barones socialistas que puedan sentirse “incómodos” con los acuerdos del PSOE con Unidas Podemos y las fuerzas nacionalistas e independentistas. La propia portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo o el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, realizaban “un llamamiento a los demócratas al margen de sus ideologías”, en alusión a los “diputados del PSOE”, para que “defiendan no un programa más de izquierdas o derechas, no medidas concretas, sino al Estado de derecho español” con su rechazo de la investidura de Sánchez.

También este domingo y en el Congreso de los Diputados, la portavoz de Ciudadanos en la Cámara Baja, confiaba en que el martes haya “alguien valiente” como la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, que contraviniendo a la decisión de la dirección de su partido el sábado anunció que votaría que 'no' a la investidura de Pedro Sánchez. Como ya hizo en su intervención en el hemiciclo durante el debate plenario, Arrimadas insinuaba así que le gustaría que hubiera otros diputados que cambiaran de parecer sobre su sí o su abstención para la investidura, contemplando también una posible ruptura de la disciplina de voto por parte de parlamentarios socialistas.

Estas palabras y el fantasma del 'tamayazo' que sobrevoló todo el debate de la investidura forzaban a la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, durante su intervención en el Pleno, a recordar a Arrimadas que “los diputados la Cámara Baja no son arribistas ni son tránsfugas”. También el propio Sánchez lamentaba: “Lo que hemos visto, de portavoces llamando al transfuguismo de diputados y diputadas me parece que es el síntoma preocupante de la colonización del discurso del espacio conservador por parte de la ultraderecha”.

Aguado, contra el “pacto de la infamia”

Pero las apelaciones al transfuguismo también llegaron por parte de otros dirigentes de Ciudadanos como el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, que en un mensaje en su cuenta personal de Twitter señalaba, el domingo: “El primer barón territorial o diputado socialista que alce la voz contra el 'pacto de la infamia' será sobre el que se construya la vuelta del PSOE a la socialdemocracia. Espero que sea antes del martes, por el bien de España”.

El portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, confiaba asimismo este domingo en que se produzcan “cambios” en la configuración de los votos de la investidura para que Pedro Sánchez no sea elegido presidente el próximo martes durante la segunda votación prevista en el Congreso de los Diputados. Justo antes de que comenzara la sesión del pleno, Espinosa de los Monteros señalaba, instando al transfuguismo, que “cualquier cambio que evite este Gobierno será una buena noticia”.

La campaña de las tres derechas se suma a otra iniciativa de acoso organizada a través de las redes sociales para que los diputados socialistas rompan la disciplina de voto e impidan la investidura de Pedro Sánchez. Los parlamentarios del PSOE están recibiendo correos “amenazantes”, a los que tuvo acceso eldiario.es. “Pero como puedes ser tan puta para apoyar la investidura de un traidor???”, dice uno de los mensajes recibidos por Beatriz Corredor, que reconoce que es el “peor” que se ha encontrado en su bandeja de entrada.

No ha sido la única parlamentaria que ha recibido mensajes “faltones”. “¿Dormirás tranquilo si traicionas a tu país?”, “tienen ustedes un gobierno de perdedores” o “no cometan ustedes esta felonía” son algunos de los comentarios que están recibiendo por docenas los diputados socialistas, según explicaban este fin de semana fuentes parlamentarias.

Una legislatura bronca

La esperanza de las derechas por tumbar la investidura se mantendrá hasta este martes. Pero si Sánchez consigue ser reelegido, PP, Vox y Ciudadanos ya han anticipado con sus primeras intervenciones en el hemiciclo una legislatura que será bronca y en la que no pretenden dar tregua al Ejecutivo que surja del acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos.

Entre sus amenazas está mantener su estrategia de judicialización de la política, advirtiendo al nuevo Gobierno de que acudirán a los tribunales a recurrir todas aquellas leyes o medidas que no les gusten. Pero también han asegurado estar dispuestos a tomar las calles, en un plan muy similar al que caracterizó a la derecha en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y que tuvo que rectificar en la segunda por no conseguir los réditos esperados, tras revalidar el PSOE su Gobierno.

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